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12 de enero de 2019, 4:00 AM
12 de enero de 2019, 4:00 AM

En una sociedad caracterizada por el uso masivo de redes sociales y el acceso permanente a información en tiempo real, resulta primordial un periodismo valiente e independiente, el cual no puede nunca darse por sentado, sino que debe cuidarse y promoverse por todos los medios posibles, sobre todo cuando este se aprecia cada vez más escaso.

De una disciplina tan importante como el periodismo se espera que obtenga, desarrolle y difunda información relevante, fidedigna y verificable, proveniente de fuentes confiables, y basándose en un código de ética, cuyo eje central debe ser la independencia de los medios respecto del poder político y económico.

Tan grande es su influencia en la opinión pública, que la prensa es comúnmente llamada el ‘cuarto poder’; sin embargo, es al público al que en realidad empodera, ya que este, al acceder a más y mejor información, puede tomar decisiones más sabias y libres.

Luego, cuando producto de la coerción e intimidación esta labor se vuelve más indulgente con quienes ostentan el poder político, como desafortunadamente está ocurriendo en nuestro país, la calidad de la información disminuye notablemente, quitándonos la posibilidad de decidir con la libertad que solo el conocimiento otorga.

Obviamente, sería un error mayúsculo desconocer el contexto de enorme presión política y económica bajo el cual los periodistas ejercen actualmente sus funciones. Así como también sería injusto olvidar a todos aquellos valerosos periodistas que con coraje y esfuerzo siguen siendo fieles a su llamado en medio del acoso y persecución, razón por la cual reciben la admiración de toda la sociedad y sirven de inspiración para sus pares.

Independientemente que la tecnología permite al ciudadano común ejercer cierto trabajo periodístico, este jamás podrá reemplazar la preparación, la rigurosidad profesional y, sobre todo, la vocación de un verdadero periodista cuya tarea es de suma importancia para la existencia misma de una sana democracia.

Tal como los médicos son esenciales para cuidar de la salud de la población, el periodismo serio e independiente es fundamental para mantener una pacífica y vigorosa convivencia social. De la misma manera como los cirujanos siguen operando, por amor a su profesión, a pesar de todos los riesgos legales que enfrentan en nuestro sistema judicial, el pueblo espera de sus periodistas el mismo amor por su vocación, recordando que “en el amor no hay temor, sino que el perfecto amor echa fuera el temor…” (1 Juan 4:18).

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