Opinión

El Dakar se fue de Bolivia

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17 de mayo de 2018, 4:00 AM
17 de mayo de 2018, 4:00 AM

El Dakar 2019 no pasará por Bolivia. La decisión ya se veía venir, pero se hizo oficial el martes. No se sabe cuáles fueron las razones reales. Para el gran público se explica que la organización busca nuevos horizontes; para las fuerzas políticas nacionales, la determinación responde a la convulsión social vivida en la última edición, con amenazas para los pilotos; hay quienes dicen que el terreno del altiplano es demasiado duro por las características de la zona y por el frío. Lo cierto es que el rally más famoso del mundo se aleja del país en un año electoral y ya no podrá ser usado políticamente por el Gobierno ni por sus adversarios.

La competencia llegó a Bolivia en 2014, pero el Gobierno comenzó la promoción en 2013 y se utilizó toda la artillería de comunicación para mostrarla como un logro del presidente para unir a los bolivianos. Desde entonces, el Dakar se corrió durante cinco años consecutivos, cada vez con más categorías y durante más días. Sin duda, por la promoción y por el esfuerzo estatal, permitió promocionar el turismo, especialmente en el Salar de Uyuni; también se consiguió mejorar las condiciones de vida en poblaciones antes abandonadas y olvidadas por las autoridades. Según la ministra de Culturas, los ingresos económicos por la presencia de turistas llegaron a los 40 millones de dólares.

En contrapartida, muchos activistas llamaron la atención por un presunto daño ecológico causado en las zonas habilitadas para la carrera.
A pesar de todos los esfuerzos gubernamentales, el Dakar se aleja de Bolivia precisamente el año en que Evo Morales más lo necesita; es decir, cuando el mandatario quiere lograr una cuarta elección (tercera reelección) en un contexto adverso, debido al malestar ciudadano porque un fallo constitucional pretende desvirtuar el voto popular del referéndum del 21-F que dijo No a la repostulación. Las huellas de esa molestia ya se vieron el último día del rally 2018 en nuestro país, cuando el corredor Leonardo Martínez le dijo al presidente (en directo y frente a millones de televidentes en el mundo) que respete la Constitución.

El rally Dakar no pasará en 2019 por Bolivia, y quizás pasen muchos años hasta que se pueda tener la competencia otra vez en casa. De nada sirven las lamentaciones. Será más provechoso ver lo que el país ha ganado durante los últimos cinco años: el reconocimiento a los competidores y la unión para respaldarlos; el mejoramiento de las condiciones de poblaciones ubicadas en lugares maravillosos y potenciales para desarrollar el turismo de manera sostenida y beneficiosa para todos; así como la certeza de las posibilidades que tiene Bolivia para ser sede de eventos de gran envergadura.

Los efectos políticos son circunstanciales y su alcance es limitado. Hay que quedarse con la buena experiencia y no aflojar en las acciones que permitan potenciar la industria sin chimeneas y la calidad de vida de zonas que antes ni siquiera eran tomadas en cuenta.

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