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Destroyers, una historia de película

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1 de enero de 2018, 10:56 AM
1 de enero de 2018, 10:56 AM

Hace muchos años, un hincha de un equipo de fútbol sin nombre salió de la sala de cine del centro de Santa Cruz con la palabra Destroyers amarrada en la punta de la lengua. Había acabado de ver una película sobre la Segunda Guerra Mundial y quedó maravillado con un acorazado que entraba en escena, pavoneando sus características de destructor blindado y dueño de cañones de gran calibre. En la proa, el nombre: Destroyers. Y la imagen de un tigre con su brutal mirada felina. El hincha corrió por la ruta serpenteada, para reunirse con otros hinchas y con la dirigencia para proponer bautizar al equipo con el nombre de aquel buque que no podía sacárselo de la cabeza.  


Pedro Rivero Jordán lo cuenta con alegría desbordante. Tiene un motivo para recordar y celebrar, para remontarse a una historia de película y de la que él es parte activa desde la presidencia del club que asume con solvencia desde hace siete años: Destroyer acaba de ascender al Olimpo del fútbol nacional. Ocurrió el miércoles 27 de diciembre del año pasado. En una noche perfecta empató 1-1 ante un herido Petrolero que descendió de categoría y el decano del fútbol cruceño retornó a la Liga del Fútbol Profesional después de 10 años de navegar en las aguas del deporte local. Y lo hizo con todas sus credenciales, portando su historia que empezó a eternizarse el mismo día que nació, hace 69 años y en un acto alumbrado por la luz de una vela, cuando varios vecinos amantes a la pelota decidieron formar una institución a prueba del tiempo.  


Años después, Pedro Rivero Jordán era un niño cuando su papá, don Pedro Rivero Mercado, que era parte del primer directorio, lo llevaba de la mano a las reuniones del club que se desarrollaban en la casa de don Alejandro Carrasco, sobre la calle Aroma, a media cuadra de la iglesia San Francisco.  Fue ahí cuando el pequeño Pedro empezó a percibir la pasión con la que los grandes discutían, como si se tratara de temas de Estado, los asuntos relacionados con el equipo de fútbol.  Pero también bebió de las mieles que emana la cancha, vistiendo la camiseta amarillo y negro y jugando en todas las categorías, desde pibes hasta la primera división, como marcador o volante central. 


El ascenso empezó a hacer su primer trabajo: blindar para siempre lo que a Destroyer nadie le puede quitar: ha sido el primer campeón del fútbol profesional cruceño, logró un bicampeonato entre el 65 y 66 del siglo pasado y fue capaz de proyectar a las grandes figuras del fútbol boliviano, como al ‘Maestro Chichi’ Romero y al trío de oro, integrado por Erwin Sánchez, Mauricio Ramos y Marco Antonio Etcheverry.


El presidente de Destroyers también recuerda que el equipo es reconocido por un gesto de lealtad que tuvo con la Asociación Cruceña de Fútbol, cuando en 1977 se fundó la Liga del Fútbol Profesional Boliviano y provocó un cisma en el país.  Destroyers era uno de los clubes invitados para formar parte de la naciente institución, pero sus dirigentes rechazaron la invitación por una cuestión principista: “Nosotros somos leales con nuestra asociación y nos quedamos aquí”. 


En 1984 ascendió a la Liga haciendo méritos y no por invitación. Hay otro detalle que Pedro Rivero Jordán recuerda con nitidez: “Éramos un club tan precario en recursos que la concentración para esos partidos de ascenso los jugadores se concentraban bajo las graderías del estadio Tahuichi Aguilera, donde dormían en catreras. Mientras que el equipo rival, Guabirá, estiraba el cuerpo en camas de un hotel de varias estrellas”. 


Y como suele ocurrir en una historia de película, Destroyers ganó en una definición dramática de tiros penales, desatando la locura monumental, tal como ocurrió hace pocos días, cuando también en el Tahuichi el equipo cuchuqui lució su linaje de destructor acorazado. 

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