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25 de septiembre de 2019, 4:00 AM
25 de septiembre de 2019, 4:00 AM

El pasado 11 de septiembre, por este medio, se publicó un artículo titulado Ridícula preocupación por la edad en el trabajo, firmando como autora del mismo Pilita Clark.

La autora inicia su redacción estableciendo: “Los trabajadores mayores tal vez sean más costosos, pero superan a los más jóvenes en casi todas las medidas” y entre otras cosas menciona que los trabajadores antiguos son superiores en el desempeño laboral, siendo estos más conscientes, menos ausentes y con mejores habilidades sociales.

De lo poco con lo que estoy de acuerdo con la Sra. Clark, es con el hecho de que un trabajador antiguo resulta más costoso para cualquier empresa, esto debido a los derechos laborales adquiridos en el transcurso del tiempo.

Si consideramos la actual legislación laboral boliviana, fácilmente podemos concluir que el trabajador con el tiempo va fortaleciéndose económicamente, habida cuenta que año tras año tendrá derecho a incrementos salariales, así como sumará a su haber básico los porcentajes del bono de antigüedad, y también gozará de mayor cantidad de días de vacaciones.

Indistintamente el trabajador sea bueno o malo, productivo o improductivo, la norma de igual manera lo premiará por el simple hecho de seguir en la empresa o, dicho de otra forma, solo por ser antiguo.

Actualmente para los jóvenes no es fácil ser considerado para puestos laborales, pues no solo basta con alcanzar una licenciatura o un grado técnico, ya que la competencia exige ir más allá con una especialidad, un idioma extra y, en la medida posible, un mínimo de experiencia en el cargo, esto implica mayor sacrificio en tiempo de estudio y de inversión económica en formación.

Pero, convengamos, un postgrado no garantiza un puesto laboral o un salario acorde a la inversión de los estudios realizados, pues son simplemente títulos académicos que demuestran tiempo de estudio, y (sobre todo) no garantizan el conocimiento y la productividad del trabajador joven.

De la misma forma, contar con un trabajador antiguo no garantiza el buen desempeño laboral, aun considerando los años en el puesto, habida cuenta que si dicho trabajador no se actualizó en su rubro, probablemente hoy esté desfasado tecnológicamente y su conocimiento sea obsoleto, esto a su vez puede generar una corriente negativa en la empresa, pues mientras que los trabajadores jóvenes con postgrados y capacitaciones extras inician con bajos salarios, muchos trabajadores antiguos improductivos gozarían de altos salarios, fruto de las bondades de una norma laboral que no mide la capacidad cognitiva, ni productiva, sino que simplemente premia el tiempo de servicio en un mismo establecimiento laboral.

Particularmente, considero que no se debería generalizar el hecho de que por ser un trabajador antiguo o joven habrá mayor o menor productividad, pues para ello habría que evaluar las competencias en cada caso y rubro laboral. Sin duda alguna, la perfección de todo oficio radica en el conocimiento y la experiencia, para ello la capacitación y actualización tendrán que ser constantes para así elevar el nivel de producción en cada labor.

Pero, mantener una posición como la de la Sra. Clark en esta época digital, sería como haber creado la rueda de piedra y no considerar nuevas ideas para la evolución de la misma solo porque llegaron de gente joven.

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