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Cultura, la gran tarea pendiente de Santa Cruz

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23 de septiembre de 2019, 3:00 AM
23 de septiembre de 2019, 3:00 AM

Santa Cruz tiene 3,2 millones de habitantes, es el departamento más poblado del país, el que más aporta al PIB nacional, donde hay más empleo a escala nacional. Da para sentirse orgulloso, pero hay una gran tarea pendiente y es la cultura, el humanismo; es decir, aquello que permite que todos seamos capaces de mirarnos, darnos cuenta dónde estamos y hacia dónde queremos ir.

Hay varios datos de la realidad que interpelan a las autoridades y a todos los ciudadanos. Por ejemplo, Santa Cruz de la Sierra tiene una Casa de la Cultura en la que hay exposiciones y otras actividades, pero carece de un teatro adecuado, el que existe es pequeño, varias veces ha estado sin aire acondicionado, en momentos en que la temperatura superaba los 35 grados centígrados y le faltan condiciones para corresponder a la urbe más habitada y progresista del país. El Gobierno Municipal anunció la construcción, incluso hizo un concurso para tener el mejor diseño posible, pero las iniciativas quedaron truncas. Nadie sabe por qué.

Los responsables de los centros culturales de los distritos, muchos de ellos grandes gestores por amor al arte y a la humanidad, exponen las carencias de estos espacios. En primer lugar, faltan asistentes, los niños y jóvenes no acuden como se espera, salvo destacables excepciones. No obstante, también se observan limitaciones en la oferta: en algunos casos ni siquiera hay computadoras y, en la mayoría, tampoco hay internet, sino cuando los bibliotecarios ponen de su bolsillo para habilitarlo de manera pública.

La llamada de atención más sonora es el bajísimo presupuesto municipal para la cultura del 0,4% del plan anual operativo local. No hace falta entrar en detalles para comprender que se necesita mucho más. Quien ha dado en el clavo es Marcelo Araúz, el mayor referente entre los impulsores de la cultura en Santa Cruz. Promotor de encuentros, festivales y un sinfín de actividades que se desarrollan a puro pulmón de sus gestores. Él fue sincero en una entrevista con este diario. No solo interpeló al poder público, también llamó la atención de los empresarios privados y su escaso aporte al desarrollo de actividades culturales. “Prefieren ir a Punta Cana, en vez de asistir a una obra de teatro”, dijo, al cuestionar que falta compromiso.

También llamó la atención de las universidades, señalando que falta desarrollar las humanidades. A las casas de estudio superior también le falta un teatro, no abundan las actividades artísticas que nazcan en sus aulas. Entonces, es cierto que no alcanza con el aprendizaje específico de una profesión determinada, si éste no es acompañado de la reflexión y profundización que permite el teatro (reflejo de la realidad), la poesía que sensibiliza, la música, la lectura o el buen cine.

Hasta aquí, Santa Cruz es un departamento que tiene actividades importantes como el Festival de Cine, el Festival de Música Renacentista y Barroca, La Feria del Libro, etc. Son iniciativas maravillosas, pero el núcleo de organizadores no se expande como se espera. Se necesita motivar y cultivar al cruceño desde la cuna. En esto tienen que ver los padres y la educación, pero para ello se precisan incentivos concretos de las autoridades, de la sociedad civil expresada en el empresariado, las universidades, los colegios profesionales y todas las instituciones que amen a Santa Cruz y deseen lo mejor para ella.

Que emerjan estas carencias es positivo porque permite una toma de conciencia y la acción concreta para bajar las carencias e incrementar los incentivos que permitan que todos los que viven en Santa Cruz aporten para un resurgimiento poderosos de esta tierra.

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