Opinión

Corrieron a los veedores

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23 de noviembre de 2017, 4:00 AM
23 de noviembre de 2017, 4:00 AM

En breve tendremos otra vez elecciones de jueces supremos. Repetimos el desastre de hace seis años. Repetimos, pero con algunas variantes. Hace seis años nos obligaron a votar a ciegas. No podíamos saber quién era ninguno de los personajes de la papeleta. Hoy estamos un poco mejor. Nos contaron chistes de algunos de ellos. Dice que uno se apuntó a juez porque quiere darnos vivienda digna. Otro va a hacer leyes, en lugar de aplicarlas. Ya no vamos a ciegas. Los candidatos van a tientas. El Gobierno va con lentes de aumento.

Otra diferencia es que hace seis años votamos blanco o nulo con toda naturalidad. No nos quedaba otra. Ahora el Gobierno se desespera por que no podamos votar nulo ni blanco. Tiemblan a la idea de que vuelva a ganar el rechazo. Se molestan como si fuera votar contra su presidente. La verdad es que a nadie le gusta tener a la mayoría en contra. Bombardean con mensajes, con súplicas y con terribles amenazas a la Corte Electoral y a los que opinan. Exigen que se prohíba el voto nulo. Lloran para que nadie riegue la idea. El Órgano Electoral espera un pretexto para prohibirlo, para no enojar al jefe. Muchísimos votaremos nulo, pero será a contracorriente. Será decisión propia de rebeldía, a pesar de todos los riesgos.

Otra característica de las próximas elecciones es que no quieren a nadie vigilando las mesas. Hay jurados, pero no habrá nadie que pueda asegurarse de que juegan limpio. Nadie que cuide, que garantice que se transmiten limpios los resultados. Lo han armado todo para hacer escrutinios a su gusto. No piensan venir los veedores de la OEA. No vendrán a presenciar la votación los personeros de la ONU. No son autoridad, pero infunden respeto y su sola presencia sería suficiente para que se porten bien los ladronzuelos de votos. No los han invitado para que no molesten en el momento preciso. 

Tampoco habrá delegados de partidos políticos, no estaremos los colectivos ciudadanos. No tenemos un millón de drones para fotografiarlo todo. Así quedan sin control y lo pueden todo. En aquel referendo de febrero sobre la reelección fueron demasiadas las mesas en las que enviaron las actas con los resultados cambiados. Si el No había obtenido 300 votos en la mesa, en el acta escribieron 300 en la casilla del Sí. Cuando presentábamos fotos del escrutinio, cambiaban la información y pedían disculpas por el error. Curiosamente solo se equivocaron a favor del Sí ¿Ha oído usted de alguna sanción por lo menos a uno de los cientos que cambiaron los datos? Ahora nadie tendrá acceso al acta ni a la pizarra para sacarles foto. Tampoco nos darán sus imágenes los espías del Ministerio de Gobierno.

Todo está pensado. Hacen todo lo posible para no sufrir el rechazo a su pantomima. No quieren por nada del mundo sufrir el mazazo de los votos nulos.

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