Opinión

Construyendo cultura ciudadana

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14 de junio de 2019, 4:00 AM
14 de junio de 2019, 4:00 AM

La pelea furiosa entre un comerciante y una vendedora en el mercado Siete Calles generó un fuerte debate en las redes sociales, especialmente entre usuarios que viven en Santa Cruz. Independientemente del caso particular, lo acontecido y la discusión posterior, revelan que hay un hartazgo general por la falta de conciencia ciudadana, por el abuso y por la prepotencia. Sin embargo, ese sentimiento no es suficiente, porque los casos como el video viralizado son más frecuentes de lo que se puede imaginar. La indignación es una parte, la otra tiene que ver con la conducta individual.

¿Qué diferencia hay entre el hombre enfurecido que embiste un carro de venta ambulante con el conductor que se pasea en doble fila sin importarle el perjuicio que causa a los demás? ¿Es posible comparar a la vendedora que ocupa la vereda, en perjuicio del peatón, con el chofer que cruza cuando el semáforo está en rojo o amarillo, o con el que intenta ganar espacio a toda costa, aún a riesgo de provocar accidentes?

Lo que está pasando en Santa Cruz de la Sierra es que la mayor parte de sus ciudadanos hacen lo que mejor les conviene a sus propios intereses, mientras que son contados los que piensan en el otro, que son amables y que pueden ceder espacios para ayudar a una convivencia sana y amable entre todos.

Se critica la falta de orden en el transporte y en los mercados, pero no se duda en comprar a los venteros ambulantes o hacer parar el micro en cualquier lugar, menos en una parada establecida para el efecto. Existe una cultura de ‘nomeimportismo’ constante, en la que se deja a un lado la tradición de ser amable y hospitalario que caracterizaba a los cruceños hasta no hace mucho.

¿Qué si la situación actual es responsabilidad de las autoridades? Por supuesto que sí, pero no solo de ellas. En este caótico y estresante espacio social interactuamos todos y, por supuesto, todos tenemos una parte de responsabilidad. Hay que dejar de creer que quien no saca ventaja es un opa, porque esa mentalidad es la que prevalece y deja la ciudad como está: cargada de tensión y egoísmo, dificultando la vida a todos.

Eso no quita la importancia de que quienes mandan en Santa Cruz tienen la obligación de ejercer autoridad y eso significa educar, controlar y sancionar (cuando sea necesario). No se puede seguir viviendo en semejante desorden y quedar inmune a los problemas de salud mental que cada día se acentúan.

Es preciso asumir la responsabilidad individual, de a uno se irá transformando la sociedad. Asimismo, toca demandar que la Alcaldía, la Gobernación y el Gobierno central inviertan en educación ciudadana.