Coherencia necesaria
El municipio de Santa Cruz de la Sierra vive un momento crucial y no se sabe cuánto durará, pero se espera que tenga las herramientas y la autoridad suficientes como para ganar la pulseada con las organizaciones de comerciantes.
El traslado del mercado Abasto comenzó hace 11 días, en el transcurso de los cuales se logró reubicar a los mayoristas en una nueva infraestructura, pero no se ha podido resolver el problema más grande, el de los minoristas que ocupan los espacios públicos. Si bien hubo acuerdos, se les asignó un espacio cercano para que comercialicen sus productos (aunque el mismo carece de infraestructura y servicios), se han producido hechos de violencia que son lamentables para una sana convivencia.
Azuzados por dirigentes gremialistas y por políticos, el martes una turba atacó a gendarmes (nueve quedaron con lesiones) y destruyó una caseta instalada para el ordenamiento del mercado. La Alcaldía denunció a dos de ellos ante el Ministerio Público y se espera la investigación correspondiente para sancionar el uso de la violencia para imponer la voluntad de no aceptar el ordenamiento planteado. Al día siguiente, otro grupo de agresivos comerciantes, cargados con palos y piedras, intentaron llegar a la oficina del alcalde y fueron reprimidos después de agredir a los uniformados.
El alcalde sostiene que los dirigentes gremiales están perdiendo el poder, pero lo que parecen estar haciendo es demostrar su fuerza para imponerse aun a costa del bien común. No obstante, el factor que marca la diferencia es que, en este momento, el gobierno municipal tiene respaldo ciudadano (los habitantes de Santa Cruz de la Sierra quieren una ciudad ordenada y con autoridad).
El escenario descrito demuestra que así como se respalda el traslado de los mercados, se espera que el gobierno municipal sea firme y actúe con coherencia respecto a la oferta de orden que difunden las autoridades, tanto en spots como en discursos. Esa línea debe verse también cuando hay otros actores que ocupan espacios públicos, como la instalación de tarimas en lugares que no están permitidos y que causan molestia a la ciudadanía.
La presión es fuerte desde ambos frentes, por eso, los pasos que dé el ejecutivo municipal deben ser contundentes para avanzar y no retroceder con concesiones que pueden hacer tambalear el proyecto planteado.
Todos los habitantes de Santa Cruz queremos una ciudad ordenada. El respaldo dependerá de que las acciones de autoridades y vecinos velen por el bien común y no por intereses económicos, sectarios o electoralistas.
