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17 de junio de 2018, 4:00 AM
17 de junio de 2018, 4:00 AM

La mediocridad y tiranía de la enseñanza fueron dos aspectos que criticó el Manifiesto de Córdoba el 21 de junio de 1918. Textual: “Las Universidades han sido hasta aquí el refugio secular de los mediocres, la renta de los ignorantes, la hospitalización segura de los inválidos y –lo que es peor aún– el lugar donde las formas de tiranizar y de insensibilizar hallaron la cátedra que las dictara”. Posteriormente, la Reforma buscó cambiar el estado de las cosas. En este contexto, la autonomía y el cogobierno  fungieron como panaceas. 

De acuerdo a Carlos Tünnermann en su ensayo Noventa años de la Reforma de Córdoba 1918-2008: “La autonomía y el cogobierno representan las dos conquistas más caras de la reforma y las que más han contribuido a diferenciar la Universidad latinoamericana de sus congéneres de otras regiones del mundo”. En concreto, si bien los atributos de la autonomía planteados  por el Movimiento reformista fueron varios, es pertinente traer a colación dos mencionados por el autor: “La designación de los profesores mediante procedimientos puramente académicos que garantizan su idoneidad y la dirección y gobierno de la institución por sus propios órganos directivos”. 

Ahora bien, cien años después, urge replantearlos bajo la luz de dos factores que explican el destacado desempeño de las mejores  universidades del mundo. Precisamente, Jamil Salmi en su ensayo Formas exitosas de gobierno universitario en el mundo. ¿Cómo se define una universidad de rango mundial (URM)? plantea que “una alta concentración de talento (profesores y estudiantes), y una gobernabilidad favorable que fomente una visión estratégica, innovación y flexibilidad y que permita que las instituciones tomen decisiones y administren sus recursos sin ser obstaculizadas por reglas burocráticas” son determinantes para que las URM cumplan un buen desempeño. Sus resultados: “Producen egresados excepcionalmente cualificados y con alta demanda en el mercado laboral; llevan a cabo investigación de vanguardia con publicaciones en las principales revistas científicas internacionales; y en el caso de instituciones orientadas hacia la ciencia y la tecnología, contribuyen a innovaciones tecnológicas a través de patentes y licencias”. 

De donde se infiere que la autonomía y el cogobierno son medios adecuados, no fines, para encauzar a la Universidad Autónoma Gabriel René Moreno hacia ese campo de posibilidades que generan las universidades de rango mundial, merced a su gobernabilidad estratégica y flexible, y el reclutamiento permanente de los mejores en sus áreas de conocimiento para dar cátedra con total libertad. Cien años no deben pasar en vano.

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