Opinión

Cholas de pelo en pecho

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30 de diciembre de 2018, 4:00 AM
30 de diciembre de 2018, 4:00 AM

Dice que hay esta vez una chola concejala del municipio de San Pedro de Curahuara, en La Paz. Se llama Vicencia. Surca los caminos polvorientos de la comunidad persiguiendo a sus colegas hombres. Los muy jodidos se reúnen sin citarla a escondidas. No la quieren porque denuncia actos de corrupción y huyen a diferentes lugares en su camioneta.

No se trata de estar jugando tuja de esconderse; la acosan políticamente. Ella se viste de Superchola, se arremanga sus polleras, se monta en su moto y a toda mecha los persigue hasta encontrarlos. Vicencia se queja porque sus colegas definen sesiones y no la citan, con el fin de que no asista. Pero ella asiste. Aparece con su moto humeando, su sombrero chueco y su pollera polvorienta, y se enfrenta a hombres de su propia clase para cumplir su trabajo fiscalizador. Es mujer, pero ningún piojo tuerto. Estudió derecho indígena y trabajó en la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) y esos derechos los defiende con su motocicleta y su pollera voladora.

Como ahora los héroes aparecen emparejados, acá hay otra heroína. Es una de las más altas autoridades de la ciudad de El Alto. Como Superman, deja su elegante manta, su sombrero borsalino, su banda de concejala, deja su despacho edil y se pone un mandil, un sombrero de paja para que la proteja del sol y regresa como comerciante de vía pública. Su objetivo es dar ejemplo de humildad a sus hijos.

Se llama Rebeca, ella sola mantiene a sus seis hijos. Recién se graduó de bachiller y nunca dejó de trabajar. La súper Rebeca trabaja como comerciante y concejala. Presumo que es tan correcta, que ella misma se multa por vender en vía pública, pero anula su boleta en calidad de concejala. (Es jugando).

Por lo visto, no es fácil vestir pollera y tener cargos públicos. Los ‘culitos blancos’ no aceptan de buen agrado a quienes visten pollera, los de su clase las evitan por ser mujeres. Pero, en ambos casos, los machos no saben con quiénes se meten.

Que estos relatos se viralicen para que ‘el 19’ sean un ejemplo, con o sin pollera. ¡Feliz Año Nuevo, con o sin doble aguinaldo!

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