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23 de agosto de 2018, 4:00 AM
23 de agosto de 2018, 4:00 AM

Sorprende que un viceministro haya reconocido la existencia de cocales y pozas de maceración dentro del Polígono 7, que queda en el Tipnis. Es valiosa su honestidad para admitir que se ha dado esta situación ilegal, ya que nunca se debió plantar la hoja en un área protegida y en un territorio de los indígenas. Sin embargo, no alcanza la honestidad si no está acompañada de la decisión firme de frenar o erradicar los cultivos ilegales y combatir la presunta incursión de narcos. De otro lado, ayer se conoció un informe que registra un aumento de la coca de un 6 por ciento en 2017 respecto a 2016, pese a que creció también la erradicación. Implica que mientras más se eliminan los cocales ilegales más aumentan en otros lugares los cultivos. Hay que reforzar la lucha contra la hoja en los lugares no permitidos.

La última idea del presidente Morales es aprobar una ley contra la mentira de las autoridades y de los medios de comunicación. En EEUU a Trump se le ocurrió el año pasado premiar a los diarios y canales de televisión más mentirosos. Como era de suponer, los ganadores resultaron los medios más serios de su país, que aguantan heroicamente sus amenazas y agravios constantes para frenar la fiscalización. En Bolivia, la historia muestra distintas iniciativas del poder para controlar o mantener en raya al periodismo. Lo cierto es que al poder lo que menos le interesa es un buen periodismo, sino la propaganda. Ha ocurrido aquí y en el mundo.

El POA 2019 del municipio cruceño prioriza las inversiones en salud, educación y cultura. Suena bien que ahora se quiera apostar por el desarrollo humano, más que por el cemento y los mercados. También requieren de mayor atención el reordenamiento del transporte y la seguridad ciudadana.

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