Opinión

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5 de agosto de 2018, 4:00 AM
5 de agosto de 2018, 4:00 AM

En vísperas del aniversario de la patria no se recuerda un 6 de agosto dominado por tantas tensiones como el que los bolivianos nos aprestamos a conmemorar este lunes a Potosí, epicentro de los principales actos y donde ante movilizaciones masivas por el NO, ‘policías’ mineros y sindicales (?) dizque se encargarán de ‘custodiar’ al presidente Evo Morales. El disparador principal de esas tensiones sigue siendo el rechazo irreductible del Gobierno a respetar la voluntad ciudadana mayoritaria expresada democráticamente con el voto el 21-F contra la repostulación de Morales. Ojalá que, pese al enrarecido ambiente, la celebración cívica en la Villa Imperial transcurra sin alteración del orden y, por el contrario, ayude a restaurar la resquebrajada unidad nacional.

En una coyuntura tirante y peligrosa como la que atraviesa el país por la polarización y confrontación, el mensaje presidencial debería tener un tono sereno y conciliador que contribuya a desarmar los espíritus beligerantes. Pero es más probable que el jefe de Estado, como lo ha hecho otras veces por estas fechas, se ocupe de atacar a sus ‘enemigos’ políticos y de destacar los logros de su Gobierno comparando datos y cifras con las de gestiones anteriores a la suya.

En Suecia, el ‘plogging’ es considerado una disciplina deportiva que consiste en recoger basura mientras se trota. La práctica tuvo su origen en Estocolmo y se trata de salir a correr llevando una bolsa en la que el deportista deposita todos los desperdicios que encuentra a su paso. Esta disciplina, además de ser amigable con el medioambiente, permite que el organismo consuma más reservas de grasa. En Cochabamba, el primer encuentro de ‘plogging’ será el 9 de septiembre y se anuncia también en La Paz, Tarija y Santa Cruz. Siendo la nuestra la ciudad con más basura desparramada por doquier, la quema de calorías puede hasta duplicarse. Es cuestión de hacer la prueba...

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