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14 de enero de 2018, 20:28 PM
14 de enero de 2018, 20:28 PM

La segunda precarnavalera estuvo precedida de un intenso debate en las redes sociales sobre su suspensión o no para ser consecuentes con el contundente paro ciudadano del viernes. Es más, hay voces que incluso plantean que este año no se haga la fiesta grande en Santa Cruz por la muy delicada coyuntura social y política que vive Bolivia. No hay motivos para que la región afecte su rutina, sus costumbres, su espontaneidad, su creatividad. Hasta en la forma de protestar y reclamar los cruceños no pierden la alegría ni su visión positiva de la vida. Al contrario, algunos enemigos de esta cultura han intentado bastante en los últimos tiempos apagar el espíritu festivo y la autenticidad de nuestra gente. Consiguientemente, y respetando a los que rechazan esta celebración, no se debería parar el Carnaval, ya que, por el contrario, puede ser una vez más un espacio natural de socialización de las demandas del pueblo. Con su sana picardía y sus ocurrencias, el cruceño usó en anteriores veces la sátira para posicionar sus reclamos. Esta será otra oportunidad, como se lo vio en la preca del sábado, en la que las comparsas y las organizaciones sociales fueron consecuentes con la línea de la protesta. Los bandos carnavaleros tendrán mucho material este año.

Trabajar el feriado del 22 es otra de las ideas que se debaten en las redes para alargar la protesta y recuperar el día perdido el viernes. Quienes lo hagan tendrán que pagar o recibir doble sueldo por esa jornada, según la ley. Por lo tanto, no parece viable para las empresas en un momento de desaceleración económica.