Cara a cara...
Estamos a pocos días de la Nochebuena, antesala de Navidad, una de las principales festividades del mundo cristiano que celebran mayoritariamente los bolivianos. El ambiente que antecede a esas fiestas ‘de paz y amor’ no parece ser el mejor debido al clima de confrontación y a la espiral de conflictos que, por diversos motivos, nos tienen con las neuronas alborotadas. La reciente visita del presidente al papa Francisco debería inspirar, cuando menos, un gesto diferente y un mensaje conciliador para estimular un necesario desarme espiritual. Por estas fechas, que también son de perdón y reconciliación, nos hace falta recuperar el sosiego y la esperanza.
La semana que termina estuvo marcada por sendas y multitudinarias movilizaciones. La primera de ellas -la de los ‘ricos’, según ironizó el ‘vice’ García Linera- se realizó simultáneamente en diferentes ciudades del país en rechazo a la repostulación presidencial aprobada por el TCP, mientras que en Cochabamba los manifestantes ‘pobres’, que agotaron pasajes para llegar a la capital del valle, celebraron un aniversario más de la ‘revolución democrática y cultural de Bolivia’ y, de paso, proclamaron a la ‘yunta’ Evo-Álvaro por un nuevo periodo. La política gana las calles y cuando debería priorizarse la gestión en tiempos de crisis, se avizora un 2018 de campañas mucho más duras e intensas.
Sin favoritos, una segunda vuelta ‘de infarto’ se anticipa hoy en Chile entre el expresidente de derecha Sebastián Piñera y el oficialista de izquierda Alejandro Guillier. 13,4 millones de chilenos votarán en los comicios que registran uno de los mayores grados de incertidumbre desde el retorno a la democracia en el país trasandino. El presidente Evo Morales sorprendió con su deseo de ‘buenas relaciones’ con el candidato ganador, después de haber despertado suspicacias al otro lado de la cordillera, cuando pidió a las FFAA bolivianas que vayan ‘planificando’ la post demanda marítima.
