Opinión

Cara a cara

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4 de octubre de 2018, 4:00 AM
4 de octubre de 2018, 4:00 AM

Después de una victoria o de una derrota, lo recomendable es el control emocional. Actuar o hablar con la cabeza fría siempre será más aconsejable que hacerlo con el cerebro caliente o con el sistema nervioso recargado de emociones. La inteligencia emocional se pone a prueba más todavía en los momentos de las caídas, de las derrotas, o de las frustraciones. Es más vital aún el control de los sentimientos en el caso de los líderes, de cuya conducta y palabras dependen los países. Por eso, aunque es comprensible que un presidente se enoje o esté decepcionado, cualquier intervención requiere de una profunda reflexión previa. En ese contexto, no es pertinente descalificar al ganador de un fallo ni a los jueces a los que se acudió para una demanda tan sensible como la marítima. Hay que dar vuelta a la página y construir el escenario para un diálogo necesario o para explorar otras salidas a la mediterraneidad, que sí existen.

Tarde o temprano habrá más puentes para conectar a la capital cruceña con Urubó y Porongo. El tiempo que se pierde en mediciones de fuerza y conflictos puede pasar factura a una necesaria y urgente conexión vial. Más allá de intereses o de posiciones coyunturales, es mejor acelerar soluciones que pasan por una inevitable integración física, siempre que se proteja el medio ambiente y se garantice la movilidad urbana.

El fútbol boliviano ha recibido la buena noticia del inminente pase del arquero de la selección, Carlos Lampe, a Boca Juniors, el club más popular de Argentina y uno de los más consagrados del mundo. Desde Milton Melgar que no se daba la posibilidad que un futbolista nacional llegue a vestir la xeneise. El portero cruceño hizo los suficientes méritos para alcanzar el sitial que ha podido alcanzar.Ojalá se dé su contratación.

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