Opinión

Caos en Santa Cruz de la Sierra

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21 de diciembre de 2018, 4:00 AM
21 de diciembre de 2018, 4:00 AM

El desorden se ha apropiado de las calles de Santa Cruz de la Sierra. Hay un insoportable tráfico vehicular y las vías adyacentes a los centros de abastecimiento se han convertido en mercados.

La cercanía de la Navidad y la fiebre consumista jalan a los vecinos a los mercados y a los centros comerciales. Llegar a un destino puede tomar el doble o el triple de lo que demoraba en tiempos normales. Hay más accidentes de tránsito. No hay parqueo posible cerca de los abastos y, por supuesto, todo eso determina que el ánimo generalizado sea la intolerancia y la molestia.

Los mercados están insoportables. Los parqueos fueron tomados por comerciantes. Incluso hay vendedores que llegaron desde otros departamentos para ofrecer sus productos con la idea de que en esta ciudad pujante todo es posible; incluso apoderarse de las calles sin que haya autoridad que lo impida.

Un reporte de EL DEBER habla de decenas de miles de comerciantes ambulantes en Santa Cruz de la Sierra en este momento. Con esa cifra, pareciera que el plan de mercados hizo aguas y que de pronto se rompieron las reglas, las calles están otra vez avasalladas por toldos y venteros. Ni qué decir si hablamos de transporte público, ya que las vías cruceñas están otra vez llenas de minibuses por todos lados, hasta los famosos ‘toritos’ – supuestamente prohibidos dentro del cuarto anillo- circulan a placer desafiando las normas.

Lo peor de todo es que los transportistas públicos que circulan ilegalmente pueden hacerlo, porque no se ve –en estos días- controles ni a esos vehículos que suelen prestar servicios fuera del quinto anillo ni a los que se parquean en doble fila ni a los comerciantes que ocupan los parqueos haciendo insufrible el tráfico de la ciudad.

La inseguridad es otro problema en estas fechas en las que abundan estafadores que hacen ‘el cuento del tío’; ladrones que vigilan y asaltan a los que cobran el aguinaldo y van a los mercados en busca de regalos, etc. Frente a lo anterior, es urgente que la Policía refuerce la vigilancia y colaboración a la ciudadanía.

En este tiempo de fiebre consumista se ve poco espíritu navideño y demasiado afán de compra. Para quienes están en esa rutina, hay que recomendarles que tengan cuidado, que tomen previsiones para no ser blanco de ataques ni víctimas de accidentes. A las autoridades de la ciudad hay que recordarles que no por ser Navidad hay que levantar las manos. Cuidado que, por la locura de las ventas navideñas, los ambulantes que se han vuelto a instalar cerca de los mercados se queden y no haya poder humano que los saque en enero. En cuanto al transporte, sin duda, el ordenamiento debe ir más allá de los micros adornados que se han puesto en la plaza 24 de Septiembre.

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