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5 de septiembre de 2018, 4:00 AM
5 de septiembre de 2018, 4:00 AM

La segunda semana de agosto de 2018, tuve la alegría de visitar, con la fraternidad Haraganes, el departamento de Beni. Estuvimos visitando Riberalta, Guayaramerín, Cachuela Esperanza, y el hotel Pakkas; en Rondonia-Brasil.

La belleza natural del norte beniano es deslumbrante. La flora y la fauna amazónica hacen gala de todo su esplendor en esta región de la patria. Impresionan sus ríos caudalosos, como el Mamoré, el Madre de Dios y Beni. Pero lo que más impresiona es la calidad humana de su gente, su sencillez, su amabilidad sin cálculos, su don de gente. Cuánta nostalgia sentí del Santa Cruz de antaño, cuando me relacioné con estos queridos hermanos. La belleza de sus mujeres es también otra característica beniana.

En el desfile del 6 de agosto vi el gran amor que estos ciudadanos tienen por Bolivia. Amor que no es correspondido como debiera, en la inversión pública que reciben para su desarrollo. Ya es hora que el Estado en general y el Gobierno central en particular; que maneja el 91% de los recursos de Bolivia, inviertan adecuadamente en Beni. Invertir para desarrollar este departamento es muchísimo más importante que hacer canchitas de pasto sintético y palacios faraónicos.

Ya es hora de tener un progreso económico y social equilibrado en Bolivia, Beni tiene todas las condiciones para ello. Hace falta también que sus propias autoridades se pongan este departamento en la espalda y hagan acelerar su marcha. Nadie hará por ustedes lo que tienen que hacer ustedes mismos, esa es la experiencia cruceña. No nos dieron luz y creamos la CRE, no nos dieron agua y creamos Saguapac, no nos dieron teléfonos y creamos Cotas. Ante la falta de Estado, los comités cívicos tienen que jugar también su papel, en el desarrollo beniano.

Pero el epítome del abandono es la emblemática Cachuela Esperanza, otrora emporio de la goma de Don Nicolás Suarez, hoy es un lugar tristemente abandonado y en proceso de destrucción acelerado. La memoria de Don Nicolás y su legado, debiera ser reconocido por Bolivia, como agradecimiento a la conquista y la defensa del norte de la república. Espero que algún día lo entiendan.

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