Opinión

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29 de julio de 2019, 5:00 AM
29 de julio de 2019, 5:00 AM

El voto indeciso y descontento tiene rostro de mujer. Esta realidad marca una gran oportunidad para el país. Que los políticos dejen de mirar de manera homogénea y masculina a la sociedad y que empiecen a entender que ellas tienen realidades y necesidades particulares. Por ejemplo, es femenino el mayor porcentaje de los trabajadores en el sector informal; son madres las que llevan adelante una gran parte de los hogares monoparentales, donde tienen la responsabilidad de mantener, educar y formar a los bolivianos de hoy y de mañana. Son niñas y adolescentes las que más abandonan la escuela para trabajar o ayudar en su casa; son trabajadoras las que ganan menos por realizar trabajos similares a los que hacen hombres y aún hay más. Es entonces una gran oportunidad para que las mujeres sean tomadas en cuenta como protagonistas esenciales de Bolivia y que valga la pena dar el voto a cambio de planes que las validen.

 Un shock al final del discurso del presidente de Perú en el aniversario patrio de ese país. Propuso adelantar elecciones a 2020 y acortar el mandato de los congresistas. Nadie lo esperaba y él justificó el planteamiento en el hecho de que los legisladores son un freno en la lucha contra la corrupción. Este país está sumergido en una crisis política de larga data. Varios de sus expresidentes están tras las rejas o perseguidos por acusaciones de malos manejos mientras estuvieron en el poder. El anuncio provocó reuniones de emergencia y probablemente genere resistencia política y aplauso popular.

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