Opinión

Brasil, en la encrucijada

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22 de septiembre de 2018, 4:00 AM
22 de septiembre de 2018, 4:00 AM

Una elección que se anticipa polarizada entre el candidato ultraderechista Jair Bolsonaro y el izquierdista Fernando Haddad, los brasileños irán a las urnas el 7 de octubre con una agenda electoral marcada por tres temas sustanciales: economía, corrupción e inseguridad.

Fruto de la ralentización que enfrenta la región en los últimos años, el gigante brasileño tendrá un crecimiento económico del 1,6% este año, lo que muestra la lenta recuperación que enfrenta ese país con el consecuente impacto en el trabajo y los ingresos de millones de personas.

Por esta razón no fue casual que los candidatos que batallan por entronarse en el palacio de Planalto coloquen la cuestión económica en el centro del debate. Casi todos están pensando en una amplia reforma impositiva que permita aumentar la presión sobre el empresariado para fortalecer las cuentas fiscales hoy comprometidas por un abultado déficit fiscal.

El segundo tema más complejo para Brasil es la corrupción, un flagelo endémico que afecta a casi todos los partidos políticos y es el principal factor de malestar social por las pérdidas que tiene para las arcas del Estado brasileño.

El caso Lava Jato, las malversaciones en Petrobras y el escándalo Oderbrecht terminaron de convencer a los brasileños de que la corrupción corroe el Estado a tal grado que Brasil aparece como uno de los países menos transparentes del planeta.

Pero es en la inseguridad donde se libra una de las batallas más duras del proceso brasileño. La tasa de homicidios alcanzó las 30,3 víctimas por cada 100.000 habitantes, una de las más altas del mundo. La violencia vinculada al narcotráfico mantiene en vilo a millones de personas en ciudades como Río de Janeiro y San Pablo.

En ese contexto, las propuestas del candidato Bolsonaro aparecen como las más preocupantes. Con un enfoque militarista, el postulante del Partido Social Liberal (PSL) propone armar a los brasileños y defiende la tortura como medio para combatir la delincuencia.

Con un enfoque nacionalista con tintes xenófobos y autoritarios, Bolsonaro es uno de los favoritos para pasar a la segunda vuelta con el 28% de las preferencias, lo que algunos analistas anticipan como la emergencia del ‘Trump sudamericano’.

Brasil merece más que esta polarización marcada por la incertidumbre. La falta de un proyecto de país que apunte a combatir a fondo la falta de empleo, la pobreza, la recesión, la corrupción y la inseguridad anticipan una radicalización con graves efectos para la principal democracia de América Latina.

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