Opinión

Basura a cielo abierto

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14 de febrero de 2019, 4:00 AM
14 de febrero de 2019, 4:00 AM

Un dato escalofriante ha vuelto a poner en debate la situación de la basura en nuestra región. Cincuenta y uno de 56 municipios del departamento de Santa Cruz mantienen sus desechos sólidos a cielo abierto con el consecuente riesgo para la salud de cientos de miles de personas. Solo ocho comenzaron el trámite para tratar adecuadamente sus desechos.

Apenas cuatro (Montero, La Guardia, El Torno y Porongo) cuentan con vertederos controlados, es decir, entierran su basura aunque con escasas medidas de mitigación, según informe de la Gobernación cruceña.

Los municipios de Okinawa 1, Yapacaní, Fernández Alonso, Portachuelo, Comarapa, Pampa Grande, San Juan y Santa Cruz de la Sierra son los únicos que tienen licencia ambiental para sus rellenos sanitarios.

En el caso de la capital cruceña, el centro urbano más importante del país, está pendiente el proceso de adecuación del vertedero de Normandía, para su posterior traslado a la zona de Paurito, pero la situación de la basura sigue siendo explosiva por el exponencial crecimiento urbano.

Sitios turísticos como Pailón, por dar un ejemplo, tienen sus botaderos a pocos kilómetros de los centros urbanos, provocando un impacto ambiental y sanitario de consideración para sus pobladores y para los visitantes.

Un dato que llama más a la preocupación es que 29 municipios no pueden adecuar sus actuales vertederos porque están virtualmente colapsados, por lo que tienen que cerrarlos hasta 2020 y deben encarar obras para vertederos realmente ecológicos que garanticen la salud de la población.

Hay que recordar que la Ley 755, de Gestión Integral de Residuos, fija hasta 2020 como plazo para que todos los basureros del país sean cerrados y reemplazados por rellenos sanitarios. Decenas de municipios ni siquiera han iniciado los trámites de adecuación ambiental, por lo que deben apurar sus acciones para cumplir con la norma.

Sin embargo, el problema no pasa únicamente por los predios ni por la adecuación a las normas. La basura es un problema de todos y resulta fundamental la participación de la sociedad en su conjunto. El reciclaje de basura, la disposición en lugares establecidos por las autoridades y la necesidad de producir menos basura per cápita es parte de un proceso que demanda la acción de todos los ciudadanos. Especialmente, los municipios deben impulsar programas concretos de reciclaje de basura y establecer campañas para educar a la población a separar residuos orgánicos e inorgánicos. En otros países, no solo en Estados Unidos o la Unión Europea, la basura se ha transformado en un insumo de primer nivel para la industria del reciclaje. Avancemos en ese sentido como sociedad, de ello depende la salud de las próximas generaciones.

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