Opinión

Ayuda urgente para el Hogar Teresa de los Andes

El Deber logo
24 de mayo de 2019, 4:00 AM
24 de mayo de 2019, 4:00 AM

Quien haya visitado el Hogar Teresa de los Andes sabe que en los predios ubicados a escasos kilómetros de Cotoca se respira solidaridad. Unos 107 jóvenes con discapacidad severa física y mental reciben una atención humanitaria y de salud que es un ejemplo para el mundo entero. El centro sobrevive gracias a la ayuda que recibe de la Gobernación de Santa Cruz y de la solidaridad de cientos de personas y organizaciones públicas y privadas de Bolivia y del extranjero.

Desafortunadamente, las necesidades son tan grandes que los recursos no alcanzan. Hoy, el hogar enfrenta una delicada situación financiera que ha llevado a suspender el pago de salarios para sus más de 90 empleados, la mayoría mujeres, que brindan servicios de limpieza, cocina y atención hospitalaria las 24 horas del día.

La entidad tiene que cubrir una planilla mensual de 250.000 bolivianos, además de otro monto similar que se requiere para mantener a los pacientes y otros 20.000 en servicios básicos. Estamos hablando de más de medio millón de bolivianos mensuales que deben cubrirse para que pueda funcionar razonablemente. La administración del centro, a cargo de la Fraternidad religiosa Divina Providencia, se ha comprometido a vender un terreno para saldar la deuda con sus empleados.

Sin embargo, la situación es tan grave que ha puesto en entredicho su viabilidad como centro de atención de enfermos con discapacidades severas. Las necesidades son enormes. Lo más urgente son los pañales, la ropa y la alimentación, que demandan importantes sumas de dinero. El centro tiene un programa para visitantes extranjeros y nacionales a través del cual se puede conocer en personas las bondades del Hogar Teresa de los Andes.

El Hogar recibe donaciones importantes de entidades y personas que conocen la enorme labor que se realiza en aquel predio donde solo se brinda salud, amor y acompañamiento esmerado a personas que están prácticamente abandonadas a su suerte solo por haber sufrido una disfunción mental irreversible. Apenas un 10% de los internos tienen contacto y reciben visitas de sus familiares, el resto no tiene más familia que los servidores del Hogar. Es hora de ayudar al Hogar. Todos están llamados a dar una mano a quienes hacen una labor encomiable que ninguna entidad pública ni privada hace en nuestro país. Cualquier persona puede aportar con su granito de arena para que como sociedad no perdamos este maravilloso emprendimiento.

Tags