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5 de octubre de 2018, 4:00 AM
5 de octubre de 2018, 4:00 AM

Por el buen estado de las relaciones entre países, los gobiernos deberían evitar referirse a la política interna o al derecho que tiene un ciudadano de elegir soberanamente al presidente que desee elegir. Sea La Moneda, o cualquiera otra administración foránea, deben respetar los comicios y no incurrir en ningún tipo de injerencia. En ese sentido, la cancillería nacional protestó ayer por las declaraciones de un expresidente que dijo que Chile podría dialogar con un mandatario electo boliviano que quiera dialogar. Sin embargo, así como es pertinente exigir que no haya intromisión en los asuntos internos, el Gobierno boliviano tampoco debe entrometerse en la política de otras naciones, si es que aspira a ser coherente y a que nos respeten.

Después de un horrible calvario, al fin hay un ligero desahogo para el médico Jhiery Fernández, quien pasó más de cuatro años en la cárcel, a pesar de su presunta inocencia. Ahora está bajo arresto domiciliario y, pese a las fuertes evidencias de que fue inculpado de un delito que no cometió, aún deberá enfrentar al tribunal que lo condenó para demostrar su inocencia y obtener su absoluta libertad. Queda por lo tanto pendiente otro capítulo de su penoso drama, que ojalá concluya pronto con, al menos, algún resarcimiento.

Estamos a pocos días de celebrar otro aniversario de la recuperación de la democracia en Bolivia. La emblemática fecha ha sido elegida por los ciudadanos que exigen el respeto al 21-F para recordar su demanda de acatamiento de la victoria del No en el referéndum. Los seguidores de Evo Morales también saldrán a medir fuerzas en las calles. El mejor homenaje a la democracia serán precisamente movilizaciones ciudadanas pacíficas que toleren las discrepancias.

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