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8 de agosto de 2018, 4:00 AM
8 de agosto de 2018, 4:00 AM

Argentina vive un terremoto político y empresarial por el destape de los “cuadernos de las coimas”, comparado con el caso Watergate en EEUU o el ‘Lava Jato’ en Brasil. Poderosos empresarios han confesado millonarios ‘aportes’ a las campañas electorales del kirchnerismo o ‘pagos’ ilegales para adjudicarse obras públicas en la gestión de Néstor y Cristina. Las revelaciones realizadas por un gran trabajo de investigación periodística de La Nación, en combinación con un par de buenos jueces y fiscales, muestra una podredumbre impresionante en la relación de poderosas compañías privadas con el Estado o malos políticos de turno que se confiaron durante años en que jamás se conocerían sus fechorías. Por si fuera poco, ayer condenaron a 5 años de cárcel al ex vicepresidente argentino del mismo régimen, Amado Boudou, y hasta el primo de Macri está en problemas. Una parte del periodismo y la justicia del vecino país dan así una gran lección de compromiso con la transparencia. Al final la verdad se descubre algún día, aunque se la trate de esconder o enterrar con el paso de los años.

¿Cómo andaremos en Santa Cruz y en Bolivia en la contratación de obras entre las instituciones públicas y las compañías privadas que las ejecutan? Poco se hurga, a diferencia de lo que pasa en Argentina, Brasil, Perú, Ecuador y Colombia, donde últimamente caen hasta presidentes.

A propósito de corrupción, un juez y su asistente quedaron presos en Santa Cruz por una denuncia de extorsión a una involucrada en un proceso judicial. Son muchas las denuncias y esta vez al parecer la justicia ha decidido actuar sin contemplaciones. Esperemos que la gente se anime a denunciar y las autoridades a sancionar.

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