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25 de julio de 2018, 4:00 AM
25 de julio de 2018, 4:00 AM

Un brutal bloqueo de gremialistas ahogó ayer una gran parte de la capital cruceña. Los vendedores reubicados en los mercados exigen que ordenen a los ambulantes, lo que es un deseo colectivo. Sin embargo, el perjuicio de prácticamente mediodía de cierre de calles y avenidas es mayúsculo para la población. La productividad que pierden las empresas locales por estas medidas radicales es invaluable. Por lo tanto, ninguna buena intención ni el interés común justifica una acción tan dañina y abusiva. Las autoridades no deben solo contemplar y, menos todavía, incitar al bloqueo que provoca malestar ciudadano e importantes pérdidas.

El presidente lamentó, vía twitter, la muerte de la embajadora de El Salvador en Bolivia, Maddelin Brizzuela Arévalo. Fuentes de esa delegación diplomática denunciaron que la mujer sufrió antes de su deceso por la desatención de las siete clínicas privadas a las que habría visitado para que le apliquen una tomografía. Es una delicada versión que debe ser investigada cuanto antes para comprobarla o desvirtuarla. Si se la confirma, resulta un hecho muy grave, porque la desatención puede haber sido una causa clave en la pérdida de una vida humana. Esta vez le puede haber ocurrido a un personaje público. Ni pensar qué puede suceder con otros ciudadanos.

El proceso al expresidente Carlos D. de Mesa dio un paso clave. El Tribunal Supremo de Justicia autorizó que la Asamblea Legislativa debata un posible juicio de responsabilidades por el caso Quiborax. Significa que su futuro depende de la votación de la mayoría del MAS. No hay que adivinar cómo puede terminar.

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