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19 de septiembre de 2018, 4:00 AM
19 de septiembre de 2018, 4:00 AM

La justicia vuelve a estar en el ojo de la tormenta por un bochornoso audio que implica presuntamente a una jueza en la condena a un joven médico, que alega su inocencia en un proceso por la muerte del bebé Alexander. De comprobarse la veracidad de la grabación, estamos ante uno de los mayores escándalos de la historia de la justicia, que al parecer no ha tocado aún fondo, si se toma en cuenta la gravedad de las revelaciones. El audio registra la supuesta versión de la jueza que menciona la condena y encarcelamiento de una persona inocente por presiones recibidas desde la Fiscalía. Incluso la grabación salpica a una alta autoridad y menciona una relación amorosa como el motivo del sensible error. La denuncia aparece en medio de la evaluación de los candidatos a la Fiscalía General y un aludido la atribuye a este proceso. Es un caso que no puede quedar en la impunidad y la verdad debe saberse, al margen de los entredichos y amenazas que pretenden atenuar su gravedad o esconder responsabilidades. El sentenciado tampoco puede seguir en la cárcel si se demuestra, ojalá que sea rápido, su inocencia.

A propósito de los males de la justicia, en el Plan Tres Mil hubo una protesta por la ausencia de jueces en ese distrito. También existe malestar por el cambio de destino de una veintena de ellos a otros lugares del país, aparentemente sin motivos claros. La anunciada revolución en la justicia sigue tardando en llegar, como lo evidencian estas señales.

Hubo ayer suspensión de servicios en el hospital oncológico, y en la universidad René Moreno siguió la toma de módulos. Con estos problemas en los servicios de salud y de educación, difícil que avancemos como país, aunque se estrenen edificios monumentales, estadios o aeropuertos.

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