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11 de agosto de 2018, 4:00 AM
11 de agosto de 2018, 4:00 AM

El cardenal y la ‘casa del pueblo’. El flamante cardenal Toribio Ticona tiene desconcertados a los que creen que los obispos mantienen su palabra o sus opiniones. Cuando el papa Francisco anunció su nombramiento como cardenal de Bolivia, en sus primeros contactos con los medios, calificó de demasiado lujo y de ostentación la Casa Grande del Pueblo, edificio de 25 pisos y con un helipuerto que reemplaza al Palacio de Gobierno en la ciudad de La Paz. En esa ocasión también dejó en claro que se abstenía de pronunciarse sobre los resultados del 21-F, en el que se negó la repostulación presidencial a Evo Morales, al que considera su amigo. Luego de que fuera consagrado cardenal en el Vaticano, ratificó su crítica remarcando que el nuevo edificio gubernamental -que costó Bs 240 millones- no fue idea del mandatario Morales, sino de sus colaboradores o de su partido, el Movimiento Al Socialismo (MAS). Sin embargo, el jueves en la inauguración de la casa de Gobierno, al dar la bendición, pidió unidad y sugirió que se construyan “casas del pueblo” en los nueve departamentos del país. Tiene todo el derecho a pensar y actuar como crea, pero con su cambio repentino de opinión reafirma el argumento a los que lo ven como un cardenal a la medida del Gobierno.

En Wilstermann pierden los estribos. Algunos jugadores e integrantes del cuerpo técnico son protagonistas de hechos bochornosos. El mediocampista Serginho lanza insultos contra sus colegas bolivianos, aunque después él ha asegurado que es víctima de discriminación. El jueves, en el partido ante San José en Sacaba, fueron expulsados el ayudante de campo Thiago Leitao y el volante Cristian Chávez por agredirse tras una sustitución en el minuto 63. Los dirigentes aviadores tendrán que adoptar medidas urgentes para evitar más daños a la imagen del club.

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