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30 de junio de 2018, 4:00 AM
30 de junio de 2018, 4:00 AM

El nuevo cardenal y el 21-F. La repostulación presidencial de Evo Morales se ha convertido en la manzana de la discordia entre los activistas del ‘Bolivia dijo No’ y los masistas.  

Los primeros se expanden por todo el mundo, aparecieron en el Vaticano -donde el mandatario participó de la consagración de nuevos cardenales- exigiendo se respete el resultado del referéndum del 21 de febrero de 2016, en el que la mayoría de los electores dijo No a la nueva candidatura de Morales. El vicepresidente Álvaro García Linera ha dicho desde Bolivia: “No nos va a espantar que unos caballeritos se pongan a gritar. Más bien si no escuchamos sus gritos nos sentimos incómodos, forma parte del ruido de la miseria intelectual que son los opositores (...). Cualquier opinión a favor o en contra marca. El flamante cardenal, Toribio Ticona Porco, se metió en ese problema por abstenerse a opinar sobre el 21-F y decir que Evo era su amigo, pero el jueves recibió y escuchó en el mismísimo Vaticano a un grupo de activistas del No a la reelección despejando susceptibilidades. Y así está mejor, porque a nadie se lo puede descalificar o reprochar por pensar distinto o no querer jugarse por los extremos.

No se animaron con Chapetón. Cuando todo parecía que la alcaldesa de El Alto,  Soledad Chapetón, iba a correr la misma suerte de su colega cochabambino José María Leyes, una juez decidió dejarla en libertad y con derecho a seguir ejerciendo sus funciones. Solo deberá presentar dos garantes, firmar asistencia cada 15 días en la Fiscalía y no hablar del tema por el que está procesada. Los oficialistas la responsabilizan por la cesión de un terreno público a privados hace 27 años.

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