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1 de junio de 2018, 4:00 AM
1 de junio de 2018, 4:00 AM

El experiodista y gobernador de Cochabamba provocó un peligroso incendio por no controlar su labia. Agobiado por las críticas, Iván Canelas intenta sofocar las llamas que propagó con una declaración explosiva sobre la procedencia cruceña de un reclamo ciudadano de respeto al 21-F durante los Juegos Suramericanos. Sonó a regionalismo y a discriminación su polémica frase que ahora trata de aclarar. Lo mínimo en lo que ha incurrido la autoridad es en un exceso verbal cargado de intolerancia, que incita a la confrontación. Si esta declaración hubiera salido de algún cruceño, probablemente su protagonista ya estuviera acorralado y procesado. En este caso, ni siquiera ha llegado una disculpa necesaria para bajar la tensión por el agresivo desliz verbal. Amarga sensación de injusticia y de prepotencia la que nos deja este delicado incidente, que se asume con una alarmante complacencia por quien maneja el poder.

A propósito de dichos que encienden la confrontación, el ministro de la Presidencia ha afirmado que su Gobierno es de los trabajadores y no de los empresarios. La visión se aleja de la idea de tejer y sostener alianzas necesarias para sacar adelante la economía nacional entre todos los actores. Unos son tan importantes como los otros en este propósito.

La comunicación política cambia sustancialmente. La disrupción tecnológica y el nuevo mundo de las redes sociales han acelerado una revolución en la práctica de la política y de las campañas electorales. Santa Cruz se convierte hoy y mañana en centro de debate de esta atractiva temática en un encuentro de expertos internacionales de alto nivel. En el polo económico del país la discusión de la política empieza a tener el lugar preponderante que debe tener. 

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