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24 de abril de 2018, 4:00 AM
24 de abril de 2018, 4:00 AM
Sin ser sentenciado judicialmente o revocado
por voto popular, un alcalde que llegó a ese cargo mediante las urnas ha quedado virtualmente inhabilitado por un juez que dispuso su aislamiento del municipio que dirige. Si José María Leyes es culpable o inocente  en el caso de las mochilas, es un asunto que solo la justicia lo debe dirimir, ojalá que en un proceso imparcial y siguiendo los pasos legales. Sin embargo, no se tiene la certeza de la independencia de los tribunales y, en cambio, hay sospechas de que se quemaron etapas para descabezar la comuna de Cochabamba en tiempo récord. Un juez no puede tener más peso que el voto o que la propia ley, que establece procedimientos para actuar correctamente en el tratamiento de denuncias contra una autoridad elegida democráticamente.


¿Después de Leyes viene Revilla?
Acosado por más de una veintena de procesos desde que asumió su cargo, el alcalde paceño enfrenta una acusación de un concejal masista, que busca salpicarlo con los Pumakatari. Llama la atención que la denuncia fue activada casi simultáneamente a la que afectó al alcalde cochabambino. Sin embargo, Revilla ha respondido como se debe y hará públicas sus cuentas bancarias personales con la intención de derribar rápidamente la versión de que recibió sobornos. Parece que hemos entrado a un nuevo

momento de la disputa del oficialismo con los nuevos rostros de la oposición.


Pasó de todo
en nuestro fútbol en los últimos diez días. Un futbolista agredió a su entrenador, un ex-DT de la selección golpeó a su empleado, uno de sus colegas se ofrece para dirigir gratis a la Verde y un club liguero actuó como no lo hace ni siquiera uno de barrio al forzar un walk over cuando sus juveniles caían goleados. Y todavía parece que no se tocó fondo.
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