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23 de marzo de 2018, 4:00 AM
23 de marzo de 2018, 4:00 AM

Le tocó a Chile alegar ayer en La Haya y repitió que con el Tratado de 1904 quedó zanjado el conflicto bélico del Pacífico. Los representantes de La Moneda admitieron, sin embargo, posteriores diálogos sobre la demanda marítima boliviana, pero aclararon que lo hicieron de “buena fe”, sin generar obligaciones jurídicas. Este es el mayor argumento chileno para negarse a negociar con Bolivia una salida al mar. En cambio, la estrategia de la delegación boliviana recurre precisamente a las negociaciones bilaterales y ofertas que ocurrieron después de 1904 para que un fallo de la CIJ obligue a reabrir el diálogo. 
Será difícil para los chilenos demostrar que sus autoridades tuvieron solo “charlas de vecinos” con las bolivianas, lo que seguro será refutado, incluso con documentación, en la dúplica nacional del próximo lunes.  

Juraron el presidente y el directorio de la Cainco, en un acto en el que estuvo el vicepresidente Álvaro García Linera, al que los dirigentes del gremio privado le reconocen ser el nexo directo con el Gobierno. 
Sobresalió en el discurso de posesión de Jorge Arias Lazcano su lectura de que Bolivia puede crecer a un ritmo sostenido y anual de hasta 7 por ciento, siempre y cuando se ponga el foco de las inversiones en la actividad agrícola, pecuaria, agroindustrial y de la construcción. La meta parece un sueño, ya que son pocas las naciones que crecen ahora a ese ritmo. 
Pero si el país lo toma en serio, nada es imposible. 
Ojalá el vicepresidente no solo sea un buen traductor de estas expectativas, sino que lidere desde el Gobierno el aprovechamiento de las oportunidades.
 

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