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26 de enero de 2018, 4:00 AM
26 de enero de 2018, 4:00 AM
Más allá de las simpatías o de los malestares que genera el alcalde Percy Fernández
por sus aciertos o por sus errores, no nos desviemos del foco del debate que deberíamos tener en Santa Cruz: el estado actual y el futuro de algunos servicios básicos como el comercio en los mercados y la calidad del transporte público.  Mirar por el retrovisor para encontrar culpables del desorden en las calles y en los centros de abastecimiento solo agudiza nuestras amarguras y traba las soluciones. Si solo nos ocupamos de los culpables, hasta cada uno de nosotros podríamos tener una cuotita de responsabilidad en los problemas cuando alguna vez compramos productos a los informales o incentivamos el caos vehicular. Por eso, si queremos soluciones más rápidas y definitivas, dirijamos nuestra mirada hacia adelante y a las raíces de los males para hallar salidas conjuntas e inteligentes. Los amores y odios políticos son inevitables, pero improductivos.

 

Ni el “mierdazo” del alcalde
ni las agresiones de algunos grupos de gremiales encajan en una ciudad que aspira a ser la más moderna del país. Una disculpa de las dos partes, con un auténtico compromiso de no repetir la escena, tendría que zanjar la controversia para pasar rápidamente a lo que de verdad nos interesa a todos los ciudadanos: el inmediato y sensato ordenamiento de los mercados y, ojalá que de la mano, del transporte público.

 

Entretanto, hoy se reinician las movilizaciones
de las plataformas ciudadanas que demandan el respeto al 21-F. Un derecho democrático y una primera medición de la temperatura social después de la abrogación del Código Penal.
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