Hace 28 años que está prohibido el comercio de este tipo de producto y su reactivación ha generado alarma ante los posibles riesgos para la salud.

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25 de julio de 2018, 8:47 AM
25 de julio de 2018, 8:47 AM

Cataluña vuelve a ser motivo de controversia en España, pero no por la independencia sino por la decisión de su gobierno de autorizar el consumo de leche cruda.

El pasado jueves se autorizó que los productores de la región puedan vender leche de vaca no pasteurizada a los consumidores.

Esta posibilidad estaba prohibida desde hacía 28 años y su reactivación ha generado alarma ante los posibles riesgos para la salud.

La prensa española ha publicado varios artículos sobre el peligro de bacterias, algunos expertos se han pronunciado en contra y el asunto se ha vuelto viral en Twitter, al igual que ocurrió en otros países como Estados Unidos.

 La responsable regional catalana de Agricultura, Teresa Jordà, defiende que la leche cruda tiene propiedades "espectaculares", y asegura que quien la beba lo hará "con todas las condiciones de seguridad máximas y extremas", gracias a las "mejoras increíbles en las explotaciones".

 "No hay ningún peligro, en absoluto. Hay el mismo peligro que en abrir la nevera y agarrar un muslo de pollo y comértelo después de cuatro semanas de tenerlo ahí", aseveró en una entrevista con la radio RAC1.

 Unos argumentos que no convencen a los detractores de la iniciativa.

 Según ellos, beber leche cruda entraña importantes riesgos, ya que en ella puede darse la salmonela, la bacteria E.coli y hasta enfermedades como la tuberculosis bovina, razón por la cual se introdujo la pasteurización como medida preventiva a comienzos del siglo XX.

 El martes, el ministerio español de Sanidad reveló que el anterior gobierno conservador había estado trabajando en un decreto que autorizaba la venta de leche cruda en todo el país.

 Pero el nuevo ejecutivo socialista ha decidido suspenderlo, hasta que se haga un "análisis completo" de la cuestión, según un comunicado.

 La suspensión no concierne a la decisión en Cataluña, cuyo gobierno regional tiene competencias en seguridad alimentaria.

Ayuda a pequeños productores

La ministra regional argumenta también que la medida ayudaría a los pequeños productores a incrementar sus ganancias, ya que podrán vender directamente a los consumidores.

En esa línea, el sindicato español UPA ha pedido que la medida se aplique a nivel nacional.

El sindicato asegura que el ganado está en buenas condiciones de salud, lo que significa que beber leche cruda es seguro, "teniendo en cuenta siempre que hay que hervir la leche y conservarla correctamente, un máximo de 72 horas desde el ordeño, para eliminar los posibles microorganismos".

Sin embargo, Gemma del Caño, una experta en seguridad de los alimentos que trabaja en la industria agroalimentaria, destaca la complejidad del proceso, que implica hervir la leche tres veces, y luego asegurarse de que la temperatura baja rápido.

 Del Caño subraya que hay una frontera muy fina entre hervir la leche de manera que se maten todas las bacterias, y hervirla en exceso y eliminar en consecuencia todos los nutrientes.

 Los partidarios de la pasteurización afirman que su utilidad está precisamente en que mata las bacterias pero respeta las propiedades alimenticias de la leche.

 También el Centro de Prevención y Control de Enfermedades de Estados Unidos (CDC), donde muchos estados autorizan la venta de leche cruda, advierte de los peligros.

 "Los gérmenes pueden multiplicarse y crecer en la leche entre el momento en que se ordeña y el momento en que alguien la bebe", explica el CDC en su web.

 Además, puede ocurrir que "animales sanos lleven gérmenes que pueden hacer enfermar a la gente".

 Según sus estadísticas más recientes, de 2007 a 2016, "32 estados dieron parte de 144 brotes vinculados con leche cruda".

 En Europa puede comprarse legalmente leche cruda en Francia e Italia.