Francisco envió una carta a todos los católicos en la que reconoce que la Iglesia no hizo lo suficiente contra los depredadores sexuales

El Deber logo
21 de agosto de 2018, 4:00 AM
21 de agosto de 2018, 4:00 AM

El papa Francisco envió una carta a todos los católicos para expresar “vergüenza” y “arrepentimiento” por los casos de abusos y reconocer que la Iglesia no supo actuar ni reconocer la gravedad del daño que se estaba causando, tras el informe revelado por la Corte Suprema de Pensilvania (Estados Unidos).

Francisco responde así con un inédito gesto, una carta enviada al Pueblo de Dios, al escalofriante informe revelado por la Corte Suprema de Pensilvania (EEUU) que documenta 300 supuestos casos de “sacerdotes depredadores” sexuales en ese Estado y en el que identifica a 1.000 menores como víctimas desde 1940.

“Si un miembro sufre, todos sufren con él”, comienza la carta, en la que aborda de manera inédita el que denomina “crimen” de los abusos sexuales contra menores en la Iglesia.

En la misiva, Francisco admite que, “mirando hacia el pasado, nunca será suficiente lo que se haga para pedir perdón y buscar reparar el daño causado”.

Y “mirando hacia el futuro”, añade, nunca será poco todo lo que se haga para generar una cultura capaz de evitar que estas situaciones no solo no se repitan, sino que no encuentren espacios para ser encubiertas y perpetuarse”.

El pontífice, que desde que inició su pontificado ha creado una comisión para la protección de los menores y ha reiterado su “tolerancia cero” en esta cuestión, volvió a lamentar que durante mucho tiempo la Iglesia no haya sabido responder o incluso haya silenciado estos casos.

Haciendo referencia al último informe de los abusos de la Iglesia en Estados Unidos, Francisco afirma que, “si bien se puede decir que la mayoría de los casos corresponden al pasado, sin embargo, con el correr del tiempo hemos conocido el dolor de muchas de las víctimas y constatamos que las heridas nunca desaparecen”.

Francisco subraya que, precisamente por ello, es obligación “condenar con fuerza estas atrocidades”.