Lula da Silva está detenido por un sonado caso de corrupción. El PT asegura que Da Silva es la única vía para salir de la crisis

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15 de agosto de 2018, 4:00 AM
15 de agosto de 2018, 4:00 AM

El Partido de los Trabajadores (PT) echó ayer todo su peso en la balanza con manifestaciones y una campaña de prensa, en vísperas de la inscripción de la candidatura de su encarcelado líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para las elecciones del 7 de octubre.

Tres columnas de un millar de personas llegaron a Brasilia, en la llamada “Marcha Nacional Lula Libre”, que partió el sábado desde tres localidades a unos 50 km de la capital, para pedir que el líder de la izquierda, que desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción, pueda participar en la contienda electoral igual que los otros doce candidatos.

Las marchas están organizadas por el PT y organizaciones sociales, como el Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST).

Hoy marcharán hacia el Tribunal Superior Electoral (TSE), donde miembros del PT, entre ellos el compañero de fórmula escogido por Lula, el exalcalde de San Pablo, Fernando Haddad, inscribirán su candidatura, en el último día del plazo legal.

Lula, de 72 años, es el favorito en las encuestas, con casi un tercio de las intenciones de voto (casi el doble que cualquier otro candidato). Pero su candidatura será con toda probabilidad invalidada, según juristas, dado que la Ley de Ficha Limpia, promulgada bajo su gobierno, excluye de la carrera electoral a quienes hayan sido condenados en segunda instancia, como en su caso.

Lula fue condenado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, ofrecido por una constructora para obtener su mediación en contratos con Petrobras. Enfrenta otros cinco procesos, pero se declara inocente en todos y denuncia una persecución político-judicial para impedirle volver al poder.