Estuvo 11 años en estado vegetativo. Un sector de la familia pidió que sea desconectado del tratamiento que lo mantenía vivo. Falleció una semana después de la interrupción

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12 de julio de 2019, 4:00 AM
12 de julio de 2019, 4:00 AM

Vincent Lambert, en estado vegetativo desde hace casi 11 años, falleció ayer, una semana después de la suspensión del tratamiento que lo mantenía vivo y al cabo de una batalla judicial que lo convirtió en un símbolo del debate en Francia por la muerte digna. “Vincent murió esta mañana a las 08:24” en el hospital de Reims (noreste de Francia), indicó a la AFP François Lambert, sobrino del exenfermero de 42 años que quedó tetrapléjico en un accidente de tráfico en 2008. “Está- bamos preparados para dejar que se fuera”, añadió. La muerte de Vincent es un “crimen de Estado”, denunciaron por su lado en un comunicado los abogados de sus padres, Pierre y Viviane Lambert opuestos desde hace años a que se detuvieran los cuidados médicos.

Por su parte, el Vaticano expresó su “dolor” tras el anuncio de la muerte de Vincent Lambert, calificada de “derrota para nuestra humanidad” por la Academia pontificia para la defensa de la vida. La Fiscalía de Reims abrió una investigación para determinar “las causas de la muerte” de Lambert. En 2008 Vincent Lambert acababa de cumplir 32 años y estaba a punto de convertirse en padre por primera vez cuando su vida cambió para siempre a causa de un accidente de coche cerca de su casa, en la ciudad de Chalons-en-Champagne, en el noreste de Francia.

En virtud de un fallo de la Corte de Casación, el órgano jurisdiccional de más alto rango en Francia, el médico Vincent Sanchez, jefe de la unidad de cuidados paliativos del hospital de Reims, lanzó el 2 de julio una suspensión del tratamiento que se hizo efectiva al día siguiente por la noche.

Concretamente los médicos detuvieron las sondas que lo alimentaban e hidrataban y le administraron una sedación profunda y continua. El accidente de Vincent Lambert desató una batalla legal que provocó un cisma familiar. Sus padres, Viviane y Pierre, católicos devotos, luchaban por mantenerlo con vida, con la ayuda de sus abogados y de varias asociaciones como el Comité “Apoyo a Vincent”. “Anunciamos con el corazón roto que Dios acogió en su seno a nuestro querido Vincent”, declaró a la AFP David Philippon, hermanastro del paciente y también opuesto al cese del tratamiento. Su esposa Rachel, su sobrino François y seis hermanos y hermanas denunciaban, por el contrario, un “ensañamiento terapéutico”.