El presidente recalcó que la turbulencia cambiaría un problema global, consecuencia de la subida de tasas en Estados Unidos- ya está superada en el país

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17 de mayo de 2018, 8:00 AM
17 de mayo de 2018, 8:00 AM

El presidente de Argentina, Mauricio Macri, llamó hoy a formar un "gran acuerdo" nacional con líderes políticos, sindicales y empresariales para acabar con el "flagelo" del déficit y favorecer el crecimiento del país, mientras se negocia un acuerdo con el FMI que exigirá reducir ese desequilibrio.

 "El problema de fondo es que es el momento de que nos hagamos cargo de corregir este problema que se arrastra hace muchas décadas y nos ha llevado sistemáticamente a crisis, 'default', pobreza y destrucción de empleo", sentenció el mandatario en una rueda de prensa en Buenos Aires.

 Esta comparecencia generó grandes expectativas por ser la primera ante los medios tras unos días en los que el peso ha caído fuertemente ante el dólar, situación que llevó al propio jefe de Estado a anunciar la semana pasada que pidió ayuda financiera al Fondo Monetario Internacional (FMI).

 Al respecto, y para enfrentar las críticas de los sectores que aseguran que el organismo exigirá fuertes ajustes económicos, Macri aseveró que no habrá ningún intervencionismo en la legislación nacional, sino que será un "acuerdo inteligente" que garantice el crecimiento y permita acelerar la reducción del déficit.

 "Ellos van a hablar de un número, se van a poner de acuerdo con nosotros y a partir de ahí la responsabilidad de todos los dirigentes es sentarnos alrededor de una mesa para decir de qué manera vamos reduciendo este déficit, que es una mochila para todos los argentinos", matizó.

 El presidente recalcó que la turbulencia cambiaria -un problema global consecuencia de la subida de tasas en Estados Unidos- ya está superada en el país y consideró que el problema fue que "el mundo" había decidido que la velocidad con la que el Gobierno se comprometía a reducir el déficit no era la suficiente.

 "Estamos gastando como Estado más de lo que tenemos, que es una carga que nos genera una vulnerabilidad porque dependemos de que el mundo nos preste dinero para poder financiarnos", explicó, convencido de que este es el momento de llegar a consensos para fortalecer el país tras siete trimestres de crecimiento.

 El sector público tuvo en abril pasado un déficit primario de 10.342 millones de pesos (425,87 millones de dólares), una disminución del 44,6 %.

 Hace casi dos semanas, y en medio de la progresiva apreciación del dólar, el Gobierno se vio obligado a inyectar confianza en los mercados y bajó la meta de su déficit fiscal de un 3,2 a un 2,7 por ciento en 2018, al tiempo que el Banco Central subía la tasa de interés al 40 %.

 "Esto no tenía que ver con crisis anteriores, porque en este caso teníamos experiencias del pasado de las cuales aprendimos. Teníamos las herramientas para resolverlo y eso sucedió. Es algo muy positivo y hoy vivimos un clima distinto", afirmó Macri.

 El mandatario, que en los últimos días se ha reunido con gobernadores provinciales oficialistas y opositores y con senadores de diversos colores políticos, se mostró "optimista" en que ahora "hay una toma de conciencia" del problema fiscal.

 Sin embargo, uno de los contrapuntos es el proyecto opositor para frenar los aumentos en las tarifas del agua o la electricidad dictados por el Gobierno, que ya fue aprobado por la Cámara de Diputados, en unos días se debatirá en el Senado y ha sido tachado por el Ejecutivo de "irresponsable" por el gran costo que supondría.

 Aunque no confirmó si vetará la ley en el caso de ser aprobada, Macri señaló que "no se puede avanzar en una propuesta que destruye el presupuesto nacional".

 Este martes se conocieron los últimos datos de la inflación, que alcanzó en abril un 2,7 % respecto a marzo, un 25,5 % en comparación con el mismo mes de 2017 y acumula un alza del 9,6 % en 2018.

 "Lo que queda claro es que es fundamental bajar la inflación, porque es lo que más castiga a los que menos tienen y es una traba al crecimiento", argumentó el presidente, que ve imprescindible bajar el déficit para conseguir esa otra meta.

 Así y todo, al contestar si su Gobierno hace autocrítica de la crisis del peso, se mostró tajante.

 "La autocrítica que me hago es que por mi personalidad y temperamento siempre he sido muy positivo y optimista y tal vez me puse metas ambiciosas para todos", confesó, y también reconoció "problemas de coordinación" entre el Gobierno y el Banco Central.

 Macri reveló que sentía que la sociedad no podía afrontar un "ajuste profundo" desde el primer día -sigue apostando por el gradualismo-, pero a la par tampoco estaba de acuerdo con la "locura" de seguir con un "déficit y desorden absoluto" que llevaban "a una situación de colapso como Venezuela".

 "Siento que pusimos metas demasiado optimistas y alguna gente se irritó con esto", concluyó