La Corte Suprema levantó el secreto bancario del presidente Michel Temer por un caso de presunto desvío de fondos para su campaña. Por su parte, el máximo tribunal de justicia denegó un pedido de hábeas corpus para el líder del PT 

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7 de marzo de 2018, 4:00 AM
7 de marzo de 2018, 4:00 AM

La Justicia brasileña pone al presidente Michel Temer y a Lula da Silva contra la pared por sonados casos de corrupción. 

La decisión de la Corte Suprema de Brasil de levantar el secreto bancario del presidente Michel Temer en el marco de un juicio por corrupción mantiene al jefe de Estado cercado por la Justicia y expuesto a críticas en el momento en que pretendía lanzar una campaña para mejorar la imagen de su Gobierno. 

Por su parte, el Superior Tribunal de Justicia (STJ) de Brasil rechazó ayer un pedido de hábeas corpus para evitar que el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva sea encarcelado cuando agote sus recursos de segunda instancia contra una pena a más de 12 años de cárcel por corrupción. La decisión fue adoptada por unanimidad de los cinco magistrados de ese tribunal. El rechazo del hábeas corpus preventivo reduce las posibilidades del exmandatario, de 72 años y favorito para las elecciones presidenciales de octubre, de seguir en libertad si la corte de segunda instancia que lo sentenció deniega los últimos recursos de apelación. 

Sin secreto

La decisión de levantarle el sigilo por primera vez a un presidente en ejercicio de su mandato en Brasil fue anunciada en la noche del lunes por el magistrado Luis Roberto Barroso, uno de los miembros del Supremo Tribunal Federal e instructor del proceso en que se investiga al gobernante por supuestamente haber recibido sobornos de una empresa portuaria.

La Corte Suprema investiga si un decreto sancionado por Temer y que alteró la ley de puertos benefició a la empresa Rodrimar a cambio de sobornos pagados al partido Movimiento Democrático Brasileño (MDB), que lidera el propio jefe de Estado.

Denegado

Por su parte, la máxima Corte brasileña deniega recurso y Lula queda más cerca de ir a la cárcel. “Deniego” el pedido, dijo el presidente del tribunal, Reynaldo Soares, que inclinó la balanza al ser el tercero en votar, agregando: “La última palabra es siempre del Supremo Tribunal Federal (STF, Corte Suprema)”, que el año pasado autorizó las detenciones sin esperar los fallos de las máximas instancias judiciales del país.

El abogado de Lula, Joao Sepúlveda Pertence, exintegrante del STF, recientemente incorporado al equipo del exmandatario, alegó que el máximo tribunal solo se había pronunciado “sobre la posibilidad” de encarcelamiento una vez agotados los recursos de segunda instancia, sin que se trate de una medida obligatoria.

Esta fue otra de las muchas derrotas judiciales del exmandatario de izquierda (2003-2010), quien afirma ser víctima de una persecución política.

Espaldarazo a la Lava Jato  

Lula da Silva fue condenado en 2017 a nueve años y medio de prisión por aceptar un apartamento de lujo de una constructora involucrada en los sobornos a políticos del caso Petrobras.

Sus abogados apelaron, pero la condena fue ratificada unánimemente en enero de este año por el Tribunal Regional Federal Nº4 (TRF4), de segunda instancia, que además amplió la pena a 12 años y un mes de encierro.

La audiencia del STJ, responsable de la palabra final en litigios que no involucren cuestiones constitucionales, se enfocó en dilucidar si el eventual arresto de Lula sin agotar todas las instancias judiciales violaría su presunción de inocencia, como sostiene su defensa.  En 2016 el STF determinó que quienes tengan su condena confirmada serán pasibles de ser arrestados. 

EL presidente sigue como el peor visto
El índice de aprobación del Gobierno del presidente brasileño Michel Temer mejoró ligeramente en los últimos seis meses, desde el 3,4% en septiembre hasta el 4,3% este mes, pero continúa como el menor para un jefe de Estado en Brasil en los últimos años, según una encuesta.

Con el ligero aumento del número de brasileños que aprueba al Gobierno, el índice de rechazo a la gestión de Temer se redujo desde el 77,6% en septiembre hasta el 73,3% en marzo, según la encuesta de la firma MDA divulgada ayer por la Confederación Nacional del Transporte, la patronal que contrató el sondeo.

Además de permanecer por debajo del 5% medido en otros sondeos, la aprobación del Gobierno de Temer sigue por debajo del 8% que tuvo en su peor momento su antecesora, Dilma Rousseff, poco antes de que el Congreso la destituyera tras un juicio político en la que la consideró responsable de irregularidades en la presentación de las cuentas fiscales.