El magistrado Jon Tiger consideró el derecho de cualquier migrante a solicitar asilo en Estados Unidos. Los migrantes enfrentan una grave crisis humanitaria

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21 de noviembre de 2018, 4:00 AM
21 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Un juez federal de Estados Unidos bloqueó la reciente medida ordenada por el presidente del país, Donald Trump, para prohibir las solicitudes de asilo a los inmigrantes que crucen ilegalmente la frontera con México.

El magistrado del distrito de San Francisco, Jon Tiger, emitió una orden de restricción temporal de la regulación del asilo que ha entrado en vigor de inmediato y que se extenderá al menos hasta el próximo 19 de diciembre.

Para esa fecha, el juez ha convocado a las partes a una audiencia para estudiar si se emite una orden judicial más duradera.

El 9 de noviembre, Trump ordenó prohibir al menos durante 90 días las opciones para solicitar asilo en la frontera sur a quienes accediesen al país de forma irregular. Según la proclamación presidencial, la limitación podría ampliarse hasta la firma de un acuerdo con México que permita a EEUU deportar directamente a su vecino del sur a los inmigrantes que cruzan ilegalmente.

Las leyes estadounidenses especifican que cualquier persona que pise suelo estadounidense tiene el derecho a solicitar asilo y a que su caso se estudie, algo que ahora el Gobierno quiere limitar en la frontera con México únicamente a quienes acceden por los puertos de acceso autorizados.

Se prevé que la Administración recurra el bloqueo judicial ante una corte superior para mantener su decisión de impedir los asilos.

La decisión del juez se enmarca en un contexto en el que han llegado a la localidad mexicana de Tijuana, al otro lado de la frontera con San Diego (EEUU), miles de emigrantes que forman parte de la caravana que salió de Honduras el pasado 13 de octubre con el propósito de solicitar asilo en territorio estadounidense.

Según los últimos datos divulgados por el Pentágono, en estos momentos unos 5.900 militares se encuentran desplegados en la frontera sur colaborando con las autoridades fronterizas después de que Trump decidiera enviarlos ante la llegada de la caravana.

El Gobierno estadounidense defendió ayer las restricciones al asilo en la frontera con México.

“Es apropiado y legal que esta ayuda discrecional (el asilo) no sea dada a aquellos que violan una proclamación presidencial, legal y medida, que busca controlar la inmigración con base en el interés nacional”, aseguró la portavoz del Departamento de Seguridad Nacional estadounidense (DHS), Katie Waldman.

La orden de Trump fue muy criticada por grupos de derechos humanos, que consideraron que violaba las leyes de inmigración estadounidenses.

La decisión del juez Tiger se produce cuando miles de centroamericanos, incluidos cientos de niños, viajan en caravana hacia la frontera de EEUU para escapar de la violencia en sus países y algunos ya han llegado a la ciudad mexicana de Tijuana, fronteriza con el estado de California.

Crisis humanitaria

La caravana migrante que intenta reagruparse en la ciudad de Tijuana ha detonado una crisis humanitaria cuyas proporciones todavía se desconocen mientras los centroamericanos dudan qué hacer tras semanas de peregrinación.

“Estamos enfrentando una crisis humanitaria. Son personas que huyen de la pobreza, pero también de la violencia y la persecución”, dijo a Efe Francesca Fontanini, portavoz del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur) para las Américas.

“Lo que ha cambiado es el tipo de movilidad humana. Ahora las personas, con estas caravanas, han demostrado que quieren viajar juntos (a pie o donde les sea posible) para tener un viaje más seguro”, añadió.

Bajo este plan los grupos de migrantes “intentan apoyarse entre sí” para evitar los riesgos que presenta su paso por México.

“Saben muy bien los riesgos y que es una ruta muy difícil” tanto en la parte física como en la que tiene que ver con clima, con altas temperaturas en el día y bajas por la noche, dijo Fontanini

Para el migrante hondureño Axil Escobar, la política y los políticos los ha llevado a esto, “sino no tuviéramos la necesidad de andar confrontándonos con los mexicanos, ni intentando cruzar ese muro”.

EN SAN DIEGO OTROS MIGRANTES LES DAN LA ESPALDA

La mayoría expresa cierta comprensión, algunos incluso reconocen haberse visto en una situación similar, sin embargo, en general, la comunidad hispana que reside en la ciudad estadounidense de San Diego desconfía de los miles de migrantes que aguardan en México para cruzar la frontera.

“Así como llegaron ellos llegué yo, a Tijuana, no más que yo llegué con mi pasaporte y tuve la suerte de que me encontré con una persona de aquí y en seis meses me arregló”, confesó a Efe Teresa Beltrán, quien vino a vivir a Estados Unidos sin nada hace 30 años y ahora regenta un pequeño puesto ambulante en el barrio de Logan.

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