Los manifestantes, que denunciaban un "abuso policial", quemaron decenas de vehículos y degradaron varios inmuebles y comercios durante tres noches en Nantes

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6 de julio de 2018, 18:26 PM
6 de julio de 2018, 18:26 PM

El policía francés que abatió a un joven en Nantes, provocando una ola de disturbios, fue inculpado este viernes por muerte involuntaria, tras cambiar su versión de los hechos. La muerte el martes por la noche de Aboubakar F., de 22 años, que fue abatido durante un control policial, provocó una ola de disturbios en Nantes, en el oeste de Francia, y en Garges-lès-Gonesse, una localidad en las afueras de París, de donde era oriundo.

Los manifestantes, que denunciaban un "abuso policial", quemaron decenas de vehículos y degradaron varios inmuebles y comercios durante tres noches consecutivas de actos de violencia. El policía, que fue puesto en prisión preventiva el jueves para ser interrogado, "admitió que hizo una declaración que no corresponde con la verdad", dijo a la AFP su abogado, Laurent-Franck Lienard.  

Después de haber afirmado que actuó en legítima defensa, este viernes "declaró que se trató un disparo accidental", añadió Lienard. Tras su declaración, el juez "lo inculpó por golpes y heridas voluntarias que provocaron la muerte de forma involuntaria", explicó a la AFP el letrado.

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Según una fuente próxima a la investigación, el agente había afirmado en un primer tiempo que abrió fuego cuando el joven intentó dar marcha atrás "a gran velocidad", poniendo en riesgo la vida un agente que estaba detrás del vehículo. Según otra fuente, sus colegas habían confirmado esa versión, y añadieron que había niños jugando en la acera, justo detrás del coche.

Pero esta versión, que no fue confirmada por el fiscal de Nantes Pierre Sennès, no correspondía con los testimonios de varios habitantes interrogados por periodistas de la AFP. Según una mujer que filmó la escena y que habló en condición de anonimato "no había ningún agente detrás del coche".

Autoridades prometen 'transparencia'

Aboubakar F. tenía pendiente una orden de arresto por robo. Su muerte provocó tres noches consecutivas de disturbios en tres barrios sensibles de Nantes. Cuatro personas fueron detenidas la noche del jueves, incluyendo un menor de 14 años que llevaba un bidón de gasolina y mechas, según fuentes policiales.

Cincuenta y dos vehículos fueron incendiados la noche del jueves en Nantes, entre ellos el vehículo de la alcaldesa de la localidad, y ocho inmuebles sufrieron degradaciones. Los disturbios han puesto nuevamente de relieve las tensiones en las zonas urbanas desfavorecidas de Francia.

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Los jóvenes que viven en estas zonas denuncian a menudo la mano dura y la brutalidad policial, mientras que las fuerzas de seguridad son frecuentemente blancos de actos violentos. En un intento por calmar las tensiones, el primer ministro Edouard Philippe visitó Nantes el jueves y prometió "transparencia" en la investigación de la muerte del joven.

El jueves por la noche, alrededor de 1.000 personas marcharon en Nantes para pedir "justicia para Abou" y exigir que se esclarezcan las circunstancias de su muerte.   Las autoridades quieren evitar a toda costa que los disturbios se propaguen, como sucedió en 2005 cuando estallaron disturbios en todo el país tras la muerte de dos adolescentes negros que fallecieron electrocutados cuando escapaban de la policía.
 El año pasado, la presunta violación de un joven negro con una porra en un suburbio de París desató también choques con la policía.