Sacerdotes abusadores de niños y mujeres fueron encubiertos por la jerarquía católica. La iglesia pierde terreno en Europa

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25 de agosto de 2018, 4:00 AM
25 de agosto de 2018, 4:00 AM

En medio de una profunda crisis política por los escándalos desatados en varios puntos del planeta por la pederastia, el papa Francisco inicia hoy una histórica visita a Irlanda, 39 años después de la de Juan Pablo II, un país donde el catolicismo ha perdido gran apoyo por los abusos cometidos durante décadas.

El viaje de dos días del pontífice a la isla pondrá el punto final al Encuentro Mundial de las Familias, que comenzó el martes en Dublín y al que asisten unas 37.000 personas de 116 países.

No obstante, gran parte de la ciudadanía de este país espera que Francisco aborde los escándalos que siguen sacudiendo a la institución, cuyo prestigio en Irlanda se ha desplomado desde la visita de Karol Wojtyla, en 1979.

El papa polaco atrajo entonces a multitudes, llegando a congregar a 450.000 personas en el santuario de Knock y a más de un millón en la misa que ofició en el Phoenix Park de Dublín, el mayor evento público organizado hasta esa fecha en la capital irlandesa. Francisco volverá el domingo a Knock para compartir una mañana de oraciones con 45.000 peregrinos en este lugar de apariciones marianas, según los fieles, situado a apenas 35 kilómetros de la localidad de Tuam, tristemente famosa por el hallazgo en 2014 de casi 800 esqueletos de niños en cámaras subterráneas de un convento de monjas del Buen Socorro.

Una comisión determinó que, entre los restos, había “un número de individuos” de edades comprendidas entre las 35 semanas de gestación y los dos y tres años.