Este domingo, 7 de octubre, los brasileños acudirán a las urnas para elegir a un nuevo presidente. Las encuestas muestran a un Fernando Haddad, que reemplazó a Lula, complicado por un creciente rechazo y a un Jair Bolsonaro mejor posicionado 

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2 de octubre de 2018, 17:20 PM
2 de octubre de 2018, 17:20 PM

La campaña para las elecciones del domingo (7 de octubre) en Brasil se complica para el candidato del Partido de los Trabajadores (PT), Fernando Haddad, cuyo índice de rechazo aumenta al tiempo que sube el apoyo al ultraderechista Jair Bolsonaro.

Haddad, quien hace 20 días sustituyó como candidato del PT a Luiz Inácio Lula da Silva, preso por corrupción y vetado por su situación jurídica, confiaba en heredar el casi 40% de apoyo que hasta ese momento tenía el expresidente, pero hasta ahora eso no ocurre.

Una encuesta divulgada este lunes por el instituto Ibope puso aún más en duda ese fenómeno y mostró a Haddad estancado por detrás de Bolsonaro en el segundo lugar, con un 21 %, y una tasa de rechazo del 39 %, que creció 11 puntos porcentuales en una semana.

El candidato ultraderechista, que se recupera en su domicilio de las heridas que le causó una cuchillada que le asestaron durante un mitin el pasado 6 de septiembre, fue en ese mismo período del 27 % al 31 % de intención de voto, con el mismo rechazo del 44 % que ha tenido en las últimas semanas.

El resto de los aspirantes a la Presidencia tiene una diferencia de más de diez puntos porcentuales respecto a los dos favoritos, por lo que los analistas coinciden en que, cuando restan cinco días para las elecciones, la segunda vuelta necesaria si ninguno supera el 50 % el próximo domingo será entre Bolsonaro y Haddad.

Para esa segunda votación, prevista para el 28 de octubre, Ibope mostró a Haddad y Bolsonaro empatados en 44 %, pero con una subida de cuatro puntos porcentuales a favor del candidato ultraderechista.

Desde su domicilio en Río de Janeiro, después de que se divulgó el sondeo, Bolsonaro se aprovechó de esa situación y cargó contra Haddad y el PT por los flancos ideológico y de la corrupción, el que más le duele a la formación encabezada por Lula.

 "Es innegable el carácter criminal del PT", escribió Bolsonaro en sus redes sociales, y subrayó las "alianzas" de ese partido con las "dictaduras cubana y venezolana".

 También citó la corrupción que persigue al PT desde 2005, cuando Lula estaba en el poder; enumeró los escándalos que salpican a esa formación desde entonces y dijo que ahora tiene "un candidato que recibe órdenes de un corrupto condenado", por las frecuentes visitas de Haddad al expresidente en la cárcel, la última este mismo lunes.

Bolsonaro agregó que "también está la cuestión ideológica, que es tan o más grave que la corrupción", y arremetió contra Manuela D'Ávila, del Partido Comunista y compañera de fórmula de Haddad, a quien acusó de "mantener lazos con Corea del Norte".

También se dirigió a las mujeres, después de que miles de ellas protestaron el pasado sábado contra el carácter machista, homofóbico y racista que se desprende de muchas de sus declaraciones.

"Mi recado para las mujeres" es que "nunca serán mejor tratadas", dijo Bolsonaro, quien afirmó que "la izquierda dividió a Brasil en blancos y negros, homosexuales y heterosexuales, ricos y pobres", e invitó a todos a "ser un sólo pueblo".

Haddad, un académico poco habituado a las lides electorales, no pudo evitar reconocer que el rechazo a su candidatura crece entre el electorado, pero lo atribuyó a los "ataques" que dijo sufrir de la campaña del candidato socialdemócrata Geraldo Alckmin, cuarto en las encuestas con un 8 % de las simpatías.

Durante una visita a un instituto científico de Río de Janeiro, Haddad dijo hoy que eso "está favoreciendo al fascismo", en alusión a Bolsonaro, un capitán de la reserva de línea dura y nostálgico de la dictadura que gobernó el país entre 1964 y 1985.

 Haddad se quejó de que la campaña se desarrolla en un ambiente de "odio" y aseguró que "cuanto más alimentamos el odio, más crece el fascismo", tras lo cual puso como ejemplos a "Alemania y en Italia", aunque sin citar en ningún momento a Bolsonaro por su nombre.

 Los candidatos quemarán sus últimos cartuchos de la campaña para la primera vuelta durante los próximos dos días, ya que el jueves se acabará la propaganda por radio y televisión, que en Brasil son aún los principales medios para el proselitismo.

 El mismo jueves, el último acto de la campaña será un debate en el canal Globo, el de mayor audiencia nacional, que ha llegado a ser determinante en otras elecciones, pero en estas no parece que vaya a influir en un electorado profundamente polarizado.