Con la excusa de que había un artefacto explosivo, el Gobierno tomó las instalaciones del Legislativo. En Rusia, Mike Pompeo aseguró que ha llegado el momento de que Nicolás Maduro se vaya del poder

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15 de mayo de 2019, 4:00 AM
15 de mayo de 2019, 4:00 AM

El chavismo bloqueó con fuerzas policiales y militares el Parlamento opositor venezolano, mientras que la Justicia manejada por el oficialismo elevó a 14 los legisladores imputados por presunta sedición y alzamiento armado, en una nueva escalada de la crisis en la que, según Amnistía Internacional, se estarían cometiendo crímenes de lesa humanidad contra disidentes.

El Tribunal Supremo de Justicia (TSJ), de línea oficialista, acusó a otros cuatro diputados, que se suman a los diez ya inculpados previamente, por traición a la patria a raíz de su apoyo a la fallida rebelión militar del 30 de abril contra el presidente Nicolás Maduro.

Horas antes, la sede del Parlamento, único poder en manos de la oposición, había amanecido tomada por la Guardia Nacional, policías y agentes del servicio de inteligencia (SEBIN), que impidieron la entrada de los diputados para sesionar.

Los congresistas tenían previsto debatir la ofensiva contra el Legislativo, que ya el líder opositor Juan Guaidó, en pugna por el poder con Maduro, repudió como un “desmontaje del Parlamento”.

“Intentan secuestrar el Poder Legislativo mientras el dictador se atrinchera solo, en un Palacio en el que no debe estar”, tuiteó Guaidó, jefe parlamentario reconocido como presidente interino por más de medio centenar de países.

La sede legislativa fue tomada “con la excusa” de la presencia de un artefacto explosivo, señaló a la AFP la diputada Manuela Bolívar.

Parlamento anulado

En la práctica, el Parlamento se mantiene anulado por una decisión del TSJ y fue sustituido en sus funciones por la oficialista Asamblea Constituyente. Una veintena de sus miembros han sido objeto de medidas judiciales.

Entre los diputados ligados a la sublevación liderada por Guaidó figura su mano derecha y vicepresidente de la Asamblea Nacional, Edgar Zambrano, detenido el pasado miércoles.

Tres colegas suyos se refugiaron en las residencias de los embajadores de Italia y Argentina, mientras uno más huyó a Colombia.

“Ninguno de nosotros se cree ni tiene carne de mártir, pero no estamos dispuestos a abandonar la lucha por el futuro”, lanzó desafiante en rueda de prensa Carlos Paparoni, uno de los diputados acusados ayer.

Guaidó disputa el poder a Maduro desde que el 23 de enero se proclamó presidente encargado, luego de que el Parlamento declarara ilegítima la reelección del mandatario socialista.

Continuamente llama al ejército a rebelarse y lidera movilizaciones callejeras, a pesar de que en las últimas semanas perdieron fuelle.

Las manifestaciones opositoras chocaron con “una estrategia de ataque sistemático y generalizado” contra disidentes, denunció este martes desde México la oenegé Amnistía Internacional (AI), que pidió a la Corte Penal Internacional ampliar su investigación sobre el país suramericano.

“Las ejecuciones extrajudiciales selectivas, detenciones arbitrarias y muertes y lesiones por uso excesivo de la fuerza” son procedimientos que “configurarían crímenes de lesa humanidad”, según AI, que vio “patrones similares” en las protestas de 2014 y 2017.

Los datos conseguidos por la misión de AI, que visitó Venezuela en febrero, muestran que al menos 47 personas murieron en protestas entre el 21 y 25 de enero, 39 de ellos a manos de fuerzas de seguridad o grupos afectos al gobierno.

EEUU presiona a Maduro

Desde la ciudad rusa de Sochi, el jefe de la diplomacia estadounidense, Mike Pompeo, dijo haberle exigido en una reunión a su homólogo ruso, Sergei Lavrov, que Moscú cesara su apoyo a Maduro, lo que su interlocutor rechazó tajantemente.

“Llegó la hora de que Nicolás Maduro se vaya, solo le ha causado miseria al pueblo venezolano, y esperamos que el apoyo ruso a Maduro cese”, declaró Pompeo en rueda de prensa con Lavrov.

Principal protector internacional de Guaidó, Estados Unidos mantiene una política de sanciones para forzar la salida de Maduro y no descarta una opción militar.

El lunes, el enviado de Guaidó en Washington, Carlos Vecchio, anunció que solicitó una reunión en los próximos días con el almirante Craig Faller, jefe del Comando Sur, la unidad militar estadounidense responsable de América Latina.

De concretarse, sería el primer contacto directo conocido públicamente entre el campo de Guaidó y el ejército norteamericano.

La tensión aumentaba ayer en torno a la embajada venezolana en Washington (EEUU), donde los últimos cuatro activistas estadounidenses, de un grupo que durante más de un mes ocupan la sede, esperaban la irrupción de la policía al recinto.