El miércoles se dirigirán hacia el Tribunal Superior Electoral (TSE), donde miembros del PT, entre ellos el compañero de fórmula escogido por Lula, el exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, inscribirán su candidatura

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14 de agosto de 2018, 16:49 PM
14 de agosto de 2018, 16:49 PM

El Partido de los Trabajadores (PT) echó el martes todo su peso en la balanza con manifestaciones y una campaña de prensa, en vísperas de la inscripción de la candidatura de su encarcelado líder, el expresidente Luiz Inácio Lula da Silva, para las elecciones del 7 de octubre.

Tres columnas de un millar de personas cada una llegaron por la mañana a Brasilia, en la llamada "Marcha Nacional Lula Libre", que partió el sábado desde tres localidades a unos 50 km de la capital, para pedir que el líder de la izquierda, que desde abril purga una pena de 12 años de cárcel por corrupción, pueda participar en la contienda electoral igual que los otros doce candidatos.

Las marchas están organizadas por el PT y organizaciones sociales, como el Movimiento de trabajadores rurales Sin Tierra (MST), y a ellas se unieron simpatizantes llegados en autocares desde varios puntos del país.

El miércoles se dirigirán hacia el Tribunal Superior Electoral (TSE), donde miembros del PT, entre ellos el compañero de fórmula escogido por Lula, el exalcalde de Sao Paulo, Fernando Haddad, inscribirán su candidatura, en el último día del plazo legal.

Pero hasta entonces pasarán la noche acampados en un terreno baldío cerca del estadio Mané Garrincha, a 4,5 kilómetros del presidencial Palacio de Planalto.

Vestido con una camiseta roja con una cara de Lula estampada, Genesio Roanes, un camionero retirado, de 62 años, explica a la AFP que viajó desde Sao Paulo, a 1.000 kilómetros de Brasilia, para apoyar al expresidente, "el único candidato posible", que está "injustamente preso".

"Tengo fe en que pueda volver para mejorar todo lo que está mal. Sabemos que es la única persona a favor de los trabajadores y de los pobres", afirmó, tras mencionar los programas sociales promovidos por el exmandatario (2003-2010).

Las marchas coinciden con una huelga de hambre que siete activistas realizan desde hace 15 días en Brasilia para pedir la libertad del expresidente.

Lula, de 72 años, es el favorito en las encuestas, con casi un tercio de las intenciones de voto (casi el doble que cualquier otro candidato). Pero su candidatura será con toda probabilidad invalidada, según juristas, dado que la Ley de Ficha Limpia, promulgada bajo su gobierno, excluye de la carrera electoral a quienes hayan sido condenados en segunda instancia, como en su caso.

El exmandatario condenado como beneficiario de un apartamento en el litoral paulista, ofrecido por una constructora para obtener su mediación en contratos con Petrobras. Enfrenta otros cinco procesos, pero se declara inocente en todos y denuncia una persecución político-judicial para impedirle volver al poder.