La cúpula del ELN justificó la acción armada como un acto. El Ejecutivo presiona a Cuba para que entregue a la cúpula

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22 de enero de 2019, 4:00 AM
22 de enero de 2019, 4:00 AM

La guerrilla Ejército de Liberación Nacional (ELN) admitió su responsabilidad en el ataque a una escuela policial en Colombia que causó una veintena de muertos, evocando una operación “lícita” en guerra, pero insistió en retomar los diálogos de paz enterrados por el atentado. El Gobierno de Iván Duque advirtió que no le dará tregua y exigió a Cuba que entregue a la cúpula de la organización guerrillera.

“La operación realizada contra dichas instalaciones y tropas es lícita dentro del derecho de la guerra, no hubo ninguna víctima no combatiente”, dijo la dirección nacional de la guerrilla en su web.

El atentado, a través de un coche bomba, acabó con la vida de 20 estudiantes de la Escuela de Cadetes de la Policía Nacional y con el presunto atacante. Esta acción motivó que el presidente de Colombia, Iván Duque, pusiera fin a la mesa de diálogo en La Habana.

Según el comunicado del ELN, la Escuela Cadetes de la Policía Nacional es una instalación militar y allí “reciben instrucción y entrenamiento los oficiales que luego realizan inteligencia de combate, conducen operaciones militares, participan activamente en la guerra contrainsurgente y dan trato de guerra a la protesta social”.

El domingo, miles de personas marcharon en repudio al atentado vestidos de blanco y agitando banderas de Colombia con consignas como “asesinos cobardes” o “la vida es sagrada”.

Con unos 1.800 combatientes y una extensa red de apoyo en ciudades, el ELN opera en una docena de los 32 departamentos colombianos. Surgida en 1964, bajo el influjo del Che Guevara, esta organización reivindica una política nacionalista y es, junto a disidencias de las FARC y bandas narcotraficantes de origen paramilitar, el principal desafío en seguridad que enfrenta Colombia.

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