La hija de Donald Trump fue la encargada de destapar la placa de la sede diplomática estadounidense en la Ciudad Santa. Horas previas, soldados de Israel mataron a 52 palestinos que protestaban en la zona de Gaza por  el traslado de la embajada

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14 de mayo de 2018, 17:00 PM
14 de mayo de 2018, 17:00 PM

Ivanka Trump, en nombre de su padre, el presidente estadounidense, Donald Trump, junto al secretario del Tesoro, Steve Mnuchin, destaparon hoy la placa que inauguró la embajada de EEUU ante Israel en Jerusalén, en una histórica ceremonia, en la que al menos murieron 52 palestinos víctimas de ataques de soldados israelíes. El balance de víctimas en una sola jornada no tiene precedentes desde la guerra de 2014 en Gaza.

"En nombre del 45º presidente de Estados Unidos de América, os damos la bienvenida oficialmente, por primera vez, en la embajada de Estados Unidos aquí en Jerusalén, la capital de Israel", declaró Ivanka ante los invitados en la nueva sede diplomática del barrio de Arnona, en la zona occidental.

El himno de Estados Unidos y el embajador de ese país ante Israel, David Friedman, dieron comienzo a la recepción, que comenzó a las 16.00 hora local (13.00 GMT), a la misma hora que se declarara el Estado de Israel hace hoy 70 años en Tel Aviv.

"Hoy abrimos la embajada de Estados Unidos en Jerusalén, Israel", dijo el diplomático frente al presidente israelí, Reuvén Rivlin; el primer ministro, Benjamín Netanyahu, y la delegación estadounidense encabezada por el subsecretario de Estado, John Sullivan, y que incluye a Ivanka Trump, a su marido, Jared Kushner, y al secretario del Tesoro, Steve Mnuchin.

 

La delegación de EEUU que abrió la embajada en Jerusalén. Foto: Internet

Estados Unidos se convirtió hoy en el primer país en tener su embajada ante Israel en Jerusalén desde 2006, después de que los países las retiraran gradualmente cuando la comunidad internacional lo pidió por la anexión israelí en 1980 de la parte ocupada palestina, no reconocida internacionalmente.

"Israel es una nación soberana con el derecho a determinar su propia capital", declaró el propio Donald Trump, quien quiso participar en la ceremonia mediante un mensaje por vídeo.

"Nuestra mayor esperanza es la paz, y EEUU está comprometido con la paz en Oriente Medio, y con respetar el 'statu quo' en Jerusalén", declaró Trump, e insistió en su apoyo a un acuerdo de paz duradero con los palestinos.

"Gracias Trump por tener el coraje de cumplir tus promesas", declaró el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, uno de los últimos en subir al escenario, decorado con grandes banderas estadounidense e israelí.

"Trasladar la embajada a Jerusalén es, ante todo, un reconocimiento de la realidad", pero también, "un paso para impulsar la paz en la ciudad, en la región y en todo el mundo", declaró el vicesecretario de Estado de EEUU, John Sullivan, convencido de que la embajada estadounidense es un "un tributo a la paz".

Cientos de personas se concentraron en las inmediaciones de la nueva embajada en dos manifestaciones separadas, una a favor y otra en contra de esta decisión histórica.

En Gaza, unas 40.000 personas se manifestaron en las fronteras contra la decisión, y se registraron incidentes violentos en los que murieron al menos 43 palestinos por fuego israelí y cerca de 2.000 resultaron heridos.

Satisfacción y resignación

Resignación por parte palestina y satisfacción contenida en el lado israelí: las reacciones de la gente reflejan este lunes la división en la ciudad santa, que albergará la embajada de Estados Unidos.

El barrio palestino de Jabal Mukaber, fronterizo con el que alberga las instalaciones de la embajada, escenario en el pasado de enfrentamientos entre sus habitantes y las fuerzas del orden israelíes, estaba calmo por la mañana.

 Husein Iwesiat, que participa en la gestión del barrio, confía a la AFP que "este traslado no influirá en la vida de los habitantes, pero tendrá un impacto político, ya que reforzará a Israel e incitará a la intolerancia".

 "La ocupación (israelí) será animada a volverse más violenta", predice.

Para los palestinos, el traslado de la embajada estadounidense a Jerusalén, decidido por Donald Trump, quien respalda el reconocimiento por parte de Estados Unidos de la ciudad como capital de Israel, es visto como una provocación insoportable.

 Sin embargo, la Ciudad Vieja, situada en la parte palestina anexada por Israel, estaba bastante tranquila y la mayoría de las tiendas permanecían abiertas.

Sentado frente a la tienda de antigüedades donde trabaja, Ali Jaber, de 53 años, café en mano, ve pasar turistas despreocupados. "Me siento insultado como árabe, humillado por todo lo que pasa. ¿Hasta dónde llevarán la ocupación? ¿Pero qué podemos hacer?", se pregunta, fatalista, este comerciante que siempre ha vivido en Jerusalén.

 Nihad Abu Snaineh, de 32 años, sentada en medio de la colorida ropa de su tienda, en pleno zoco, no cree en las manifestaciones. "Si hubiera una gran manifestación la policía no nos daría ningún regalo, golpearán a los manifestantes, les meterán en la cárcel. ¡Incluso meten a los niños en la cárcel!", se enfada.

Al otro lado de las murallas de la Ciudad Vieja, en la principal arteria del centro de Jerusalén Oeste, ondean banderas estadounidenses e israelíes.

 Loai Jalil, de 40 años, también está trabajando. En su tienda de recuerdos, defiende su presencia como "una forma de resistencia". "Mi presencia es mi vínculo con Jerusalén", añade.

Por su parte, Hamed, de 25 años, cuelga telas de colores delante de su tienda. Para él, las celebraciones en realidad reflejan cierta preocupación de los israelíes.

 "Cuando tu casa no te pertenece, te sientes obligado a decirles a todos que es tuya", asegura.

Alegría contenida del lado israelí

Al otro lado de las murallas de la Ciudad Vieja, en la principal arteria del centro de Jerusalén Oeste, ondean banderas estadounidenses e israelíes.

 Para Elisa Rak, de 31 años, madre de dos niños, que vive en Jerusalén desde hace 12 años, "es un día particular pero habría preferido que el traslado de la embajada se hubiera hecho por un tipo que no sea un racista homófobo", en referencia a Trump.

 Unos metros más lejos, la gente está sentada en las terrazas de los cafés o de compras.

 "Soy escéptico respecto al futuro, pero el apoyo estadounidense a Israel es importante", cree Yaakov Cohen, que inmigró desde Estados Unidos hace 25 años y vive en la región de Jerusalén. "Si las palabras tienen un sentido, los hechos todavía más, por lo que es un día histórico", dice.

Rusia se opone

Rusia se opone al traslado de la Embajada de Estados Unidos en Israel desde Tel Aviv a Jerusalén, materializado hoy, por tratarse de una medida unilateral contraria a los acuerdos internacionales, dijo el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov.

 "Más de una vez hemos dado públicamente nuestra valoración negativa a esta decisión, e incluso el presidente (ruso) Vladímir Putin ha hablado de ello. Estamos convencidos de que no se pueden revisar unilateralmente los acuerdos que se han alcanzado entre la comunidad internacional", señaló.

Líbano ve una "catástrofe"   

El primer ministro libanés, Saad Hariri, condenó hoy el traslado de la Embajada de Estados Unidos de Tel Aviv a Jerusalén y el reconocimiento de la ciudad santa como capital de Israel, paso que calificó como una nueva "catástrofe" para los palestinos.

 En un comunicado, Hariri aseguró que la inauguración hoy de la nueva sede diplomática marca "un nuevo día de la catástrofe el 14 de mayo, en vísperas de la conmemoración de la Nakba (catástrofe) el 15 de mayo", en referencia a la fundación del Estado de Israel hace 70 años, así denominada por los árabes.

Trump no cedió a la presión internacional no trasladar su embajada de Tel Aviv

 El jefe del Gobierno libanés calificó la medida de EEUU de "provocadora" porque "agrava el conflicto" y "la opresión y masacres cometidos por Israel contra el pueblo palestino".

 "Expreso mi profundo pesar frente a esta decisión que provoca la cólera de centenares de millones de árabes, cristianos y musulmanes, atiza la violencia, permite que los israelíes sigan derramando más sangre de palestinos inocentes y aumenta el extremismo que amenaza a la comunidad internacional" indicó Hariri en la nota.

Londres en desacuerdo

El Gobierno británico reiteró hoy su desacuerdo con la decisión del presidente de EE.UU., Donald Trump, de trasladar la Embajada estadounidense a Jerusalén y recalcó que el Reino Unido mantendrá la suya en Tel Aviv.

 "La primera ministra (Theresa May) dijo en diciembre, cuando se hizo el primer anuncio, que estamos en desacuerdo con la decisión de Estados Unidos de llevar su embajada a Jerusalén y de reconocer a Jerusalén como la capital israelí antes de un acuerdo final" con los palestinos, dijo un portavoz de la residencia de Downing Street.

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