El primer atentado ocurrió en un bazar en el noroeste del país. Luego otro ataque contra el consulado de China en la ciudad de Karachi, donde murieron 7 personas. Pekín es el principal aliado político de Islamabad.

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24 de noviembre de 2018, 4:00 AM
24 de noviembre de 2018, 4:00 AM

Pakistán vivió ayer una jornada sangrienta con un atentado suicida con bomba en un bazar del noroeste del país, que causó 31 muertos, y un asalto de gran simbolismo, con 7 muertos, en el consulado de China, el principal aliado del país asiático, en la sureña Karachi.

En torno a las 9:30, hora local (4:30 GMT), tres hombres armados comenzaron a disparar y a lanzar granadas tratando de entrar en el consulado chino en Karachi, algo que no lograron, informó a Efe el portavoz policial de la urbe, Mohamed Ishfaq.

La situación provocó un enfrentamiento entre las fuerzas de seguridad y los atacantes, que se prolongó durante más de media hora, hasta que los terroristas fueron abatidos.

Ishfaq señaló que los tres atacantes, uno de ellos con un chaleco cargado de explosivos, y dos agentes de Policía murieron en el ataque, y un guardia de seguridad resultó herido.

Seemi Jamali, portavoz del Hospital Jinnah, adonde trasladaron a los fallecidos, indicó a Efe que además de los cuerpos de dos policías, también habían recibido los cadáveres de dos civiles, un padre y su hijo que habían ido al consulado a solicitar un visado.

Poco después, el ministro de Exteriores paquistaní, Shah Mehmood Qureshi, afirmó que los atacantes querían secuestrar a personal chino.

“Había unos 21 chinos en el consulado y todo ellos están seguros y han sido trasladados a un lugar seguro”, afirmó el ministro ante la Asamblea Nacional (Cámara Baja).

El Ejército de Liberación Baluchi, que busca la independencia de la provincia suroccidental de Baluchistán, reivindicó el ataque contra el consulado.

“El objetivo del ataque es claro: no toleraremos la expansión militar china en suelo baluchi”, afirmó el grupo en un comunicado.

China cuenta con una gran presencia en territorio paquistaní debido al proyecto Corredor Económico China-Pakistán (CPEC), un multimillonario proyecto de infraestructuras financiado por Pekín con una inversión de 60.000 millones de dólares.

El CPEC, puesto en marcha en 2015, financia la construcción de una ruta comercial que conectará la ciudad de Kasghar, en la provincia noroccidental china de Xinjiang, con el puerto paquistaní de Gwadar (suroeste) en Baluchistán, proporcionando al gigante chino una puerta al mar Arábigo.

El primer ministro paquistaní, Imran Khan, afirmó en su cuenta de Twitter que el “fallido” ataque es una reacción a los acuerdos “sin precedentes” que logró en un reciente viaje a China.

El Gobierno chino reaccionó rápidamente con una condena del ataque y pidió a Pakistán que “tome medidas” para “garantizar la seguridad de los ciudadanos chinos que trabajan allí”, afirmó el portavoz del ministerio de Relaciones Exteriores de China Geng Shuang en una rueda de prensa.

ATACANTE SUICIDA MATA A NUEVE SOLDADOS TRAS ESTALLIDO EN UNA MEZQUITA EN AFGANISTÁN

Un atacante suicida mató a al menos nueve soldados afganos y dejó 22 heridos ayer al hacer estallar su carga dentro de la mezquita de una base militar en la provincia de Jost.

El ataque se produjo al iniciarse el tradicional rezo de los viernes en la mezquita, precisó un portavoz del gobierno provincial, Taliban Mangal.

Nadie reivindicó inicialmente el ataque, aunque la gran mayoría de este tipo de atentados contra mezquitas los ha protagonizado hasta ahora el grupo yihadista Estado Islámico (EI).

Las fuerzas armadas afganas están sufriendo un gran número de bajas a causa de estos atentados irregulares, sin contar con los enfrentamientos cotidianos con los talibanes en amplias regiones del país.

A principios de 2015 el ejército afgano asumió la responsabilidad directa de garantizar la seguridad del país, tomando el relevo de la fuerza de la OTAN. Desde entonces han muerto más de 30.000 soldados.

Los talibanes se han desmarcado repetidamente de los atentados contra centros religiosos y minorías en ese atormentado país.

En Ginebra, el coordinador humanitario de la ONU para Afganistán, Toby Lanzer, declaró a los periodistas que si bien hay unos 3,6 millones de personas “a un paso de la hambruna”, hay “fundadas esperanzas” de un acuerdo de paz.

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