El aniversario de la revolución cubana coincide con la toma de mando de Bolsonaro en Brasil. La cita en Santiago, sureste de Cuba, será discreta y sin mandatarios extranjeros

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1 de enero de 2019, 11:10 AM
1 de enero de 2019, 11:10 AM

Fuente de inspiración para la izquierda de América Latina, la revolución cubana conmemora este martes su 60 aniversario, confrontada a dificultades económicas y cada vez más aislada ante el avance de la derecha en la región.

Por azar del calendario, esta histórica conmemoración coincide con la investidura del ultraderechista Jair Bolsonaro en Brasil, un país que se vuelca a la derecha, como lo hicieron antes Argentina, Chile y Perú.

Santiago de Cuba (sureste), "la cuna de la revolución", acogerá el acto central de las festividades, que se anuncian discretas y sin dignatarios extranjeros, con un esperado discurso del expresidente Raúl Castro hacia las 17:00 locales (18:00 HB) en el cementerio que guarda las cenizas del padre de la revolución cubana, Fidel Castro.

Raúl estará acompañado por el nuevo presidente Miguel Díaz-Canel, de 58 años, que lo reemplazó en abril y quien, a diferencia de los hermanos Castro, no goza de la legitimidad de haber combatido a la dictadura de Fulgencio Batista.

"60 Y Más. Viva la Revolución Cubana, Viva Cuba (...) Felicitaciones para el pueblo cubano en el nuevo año", tuiteó el lunes Díaz-Canel.

Pero ¿hay razones para festejar? "El legado histórico de la Revolución Cubana parece muy desgastado, tanto desde el punto de vista político como económico", señala Jorge Duany, director del Instituto de Investigaciones Cubanas de la Universidad Internacional de la Florida.

Nuevos "desafíos" 

Más crítico que Duany, el opositor Vladimiro Roca asegura a la AFP que la revolución "se va a extinguir por su propio peso": "en primer lugar, ya la juventud está cansada, no cree en nada de esto, y en segundo ya no tiene apoyo ninguno en el exterior".

Amada y odiada, los seguidores de una revolución que inspiró a la mayoría de los movimientos de izquierda en América Latina destacan sus logros en educación y salud, pero sus críticos le achacan un desastroso manejo de la economía, la falta de libertades civiles y la existencia de presos políticos.

Tras un 2018 marcado por dificultades económicas, Díaz-Canel auguró en Twitter que éste "será un año de desafíos, combate y victorias".

El gobernante sostiene que "la batalla más importante" es la economía, que apenas creció 1,2% en 2018, muy por debajo del 5% necesario para impulsar el desarrollo económico de la isla, según expertos locales.

Otrora primer productor mundial de azúcar, la isla debió importarla recientemente desde Francia. Y en los finales del año los cubanos enfrentaron la escasez de harina y huevos.

"Cada año el gobierno importa alrededor de 2.000 millones en alimentos y estos gastos no resuelven la seguridad alimentaria en el país", subraya Marlene Azor, exprofesora de la Universidad de La Habana, en un informe del Centro para la Apertura y el Desarrollo de América Latina (Cadal).

Para Azor "el 'modelo de bienestar' que se exportó durante décadas por el gobierno de Cuba como paradigmático de desarrollo (...) demostró su estancamiento y regresión a partir de la pérdida de los subsidios soviéticos y del resto de los países" del bloque comunista de Europa del Este.

Nueva Constitución

Para "actualizar" el modelo económico, Cuba someterá a referendo el 24 de febrero una nueva Constitución, que reconoce el papel del mercado, la propiedad privada y la inversión extranjera en su economía.

Sin embargo, la nueva Carta Magna asegura que Cuba "jamás" retornará al capitalismo, y ratifica el destino "comunista" de su sociedad y el sistema de partido "único".

Enfrentada a la política hostil de Donald Trump y el recrudecimiento del embargo que Washington aplica contra la isla desde 1962, el panorama de los aliados de La Habana no es nada halagüeño: una Venezuela en crisis está luchando para asegurar sus entregas de petróleo a la isla.

Y si bien el presidente Vladimir Putin calificó el domingo a Cuba como un "socio estratégico y aliado de confianza", en sendos mensajes enviados a Raúl Castro y a Díaz-Canel, no está dispuesto a subsidiarla como lo hizo la Unión Soviética. Tampoco lo hará China.

Finalmente, Corea del Norte, país que visitó Díaz-Canel en noviembre, planea firmar en enero un acuerdo de comercio y colaboración en La Habana, según la agencia oficial Prensa Latina.