La ONU alerta que el problema pone en riesgo la seguridad en el mundo. Un Nobel de la Paz alerta que hay peligro de guerra entre Rusia y las potencias occidentales. Sergei Skripal es un espía ruso comprado por los servicios de inteligencia ingleses

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1 de abril de 2018, 4:00 AM
1 de abril de 2018, 4:00 AM

El envenenamiento del espía ruso Sergei Skripal y su hija Yulia ha provocado en las últimas semanas una escalada de tensión entre Rusia y Occidente, cuyo síntoma más claro es la expulsión de más de 150 diplomáticos en más de 30 de países. Analistas alertan que la crisis puede llevar a una guerra de consecuencias impredecibles.

Rusia expulsó a 60 diplomáticos de EEUU, y a mediodía del viernes convocó a embajadores occidentales para comunicarles que expulsará a sus diplomáticos, entre ellos, a dos españoles, según trasladó al embajador español en Rusia, Ignacio Ybáñez. 

Algunos expertos hablan de guerra fría e incluso de la posibilidad de una guerra entre las superpotencias. 

Así lo hizo saber esta semana Asle Toje, uno de los cinco miembros del comité que elige los candidatos al Premio Nobel de la Paz, que señaló que “lo más importante para la paz es mejorar las relaciones con Rusia”. El noruego Toje pronunció el martes en la Universidad del País Vasco (UPV) una conferencia titulada El sueño de alcanzar la paz en el mundo, y alertó del empeoramiento de las relaciones entre la OTAN y Rusia y de que, si continúa la tendencia actual, “habrá guerra”.

¿Qué sucedió con Skripal? 

El 3 de marzo, un hombre de 66 años y una mujer de 33 fueron hallados inconscientes en un banco en Salisbury, en el centro de Inglaterra. 48 horas después, fueron hospitalizados con síntomas de envenenamiento en estado crítico, situación en la que prosiguen, e identificados como Sergei Skripal y su hija. 

Skripal es un antiguo agente ruso condenado en su país por espiar para Reino Unido. 

Moscú dijo estar dispuesto a cooperar en la investigación, y el ministro británico de Exteriores, Boris Johnson, advirtió el 6 de marzo que Reino
Unido respondería con contundencia si se descubre que Rusia está involucrada.

Apenas 24 horas más tarde, la policía británica reveló que el exespía fue envenenado de forma “intencionada” con un agente nervioso.  El 12 de marzo, la primera ministra británica, Theresa May, afirmó que es “altamente probable” que Rusia sea responsable, algo que los rusos calificaron de “espectáculo circense”. 

Sin embargo, Estados Unidos y Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, secundaron la teoría británica y culparon a Rusia. Poco después, May dio un ultimátum a Moscú para que explique cómo pudo llegar a Reino Unido el gas nervioso de fabricación rusa conocido como Novichok que se empleó en el ataque.

Lazos con España

Según desveló el diario The Times, Skripal fue enviado 1993 por la agencia militar rusa a España, donde fue detectado por el Centro Superior de Información de la Defensa (CESID), antecedente del actual CNI. 

El espía acabó siendo captado, sin embargo, como informador para el servicio exterior del Reino Unido, el MI6. 

Y es que en la época del mandato del presidente ruso Boris Yeltsin (1991-1999), los fondos dedicados por Moscú al espionaje eran limitados, por lo que algunos agentes quedaban abandonados en el extranjero sin cobrar durante largos periodos, lo que facilitaba su captación por parte de otras agencias. El primer contacto del espionaje británico con el espía ruso lo estableció en julio de 1995 en España un agente del MI6 que se hizo pasar por un socio que le ofreció establecer una empresa de exportación de vino.

El agente ruso regresó a su país poco después al ser diagnosticado de diabetes, pero continuó visitando España con regularidad y fue fortaleciendo sus vínculos con el MI6 hasta establecerse como parte de su plantilla, con lo que pasó a ser un agente doble. Se retiró del GRU ruso en el año 2000 y comenzó entonces a trabajar en el Gobierno provincial moscovita, desde donde siguió enviando información confidencial a Londres, según The Times. 

El MI6 le llegó a comprar una casa de vacaciones a tiempo compartido cerca de Málaga, adonde viajaba para mantener reuniones. En 2004, fueron precisamente los servicios de seguridad españoles los que informaron a Rusia sobre el doble juego del espía, que fue condenado a prisión.

El 14 de marzo, Reino Unido expulsó a 23 diplomáticos rusos, algo que Rusia calificó de inaceptable. Dos días después, Londres abrió una investigación penal por la muerte del exiliado ruso Nikolái Glushkov, que fue hallado estrangulado días antes en su domicilio de la capital británica. Estados Unidos anunció el martes la retirada del país de 60 diplomáticos. La portavoz del Departamento de Estado, Heather Nauert, dijo en un comunicado que esas expulsiones, así como el cierre del consulado ruso en Seattle (Washington), se decidieron en “inquebrantable solidaridad con el Reino Unido”. 

Estas sanciones han sido el castigo más severo adoptado hasta ahora por el Gobierno de Trump en relación a Rusia, a pesar de que las agencias de inteligencia estadounidenses han asegurado en reiteradas ocasiones que el Kremlin interfirió en las pasadas elecciones estadounidenses, que ganó el magnate. 

La UE también dio su respaldo al Gobierno británico y el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, señaló que es “altamente probable” que Rusia sea responsable del intento de asesinato y que “no hay otra explicación plausible” para el mismo. Rusia devolvió el golpe a Estados Unidos con la expulsión de 60 de sus diplomáticos, que fueron declarados “persona non grata”, según “un principio de reciprocidad”.  

¿Qué puede pasar ahora? 

Las expulsiones de diplomáticos sumergen a Rusia y Estados Unidos en una nueva guerra fría, aunque ni siquiera en tiempos del más profundo antagonismo entre EEUU y la antigua Unión Soviética, ambas potencias llegaron a tomar medidas de tal calibre. 

En palabras de Toje, no es completamente descartable un escenario bélico: “Si comenzamos a disparar no estoy seguro de si vamos a poder detenernos antes de usar armas nucleares. Esto es algo que me mantiene despierto por las noches, es mi peor pesadilla: una guerra nuclear”, dijo. Para evitarlo, planteó que es necesario encontrar una manera de vivir juntos y en paz, pese a que el presidente ruso, Vladimir Putin, haya desestabilizado a los países independientes de sus fronteras y aunque, a juicio del experto, no se puede mirar a otro lado o perdonar.

A juicio del analista noruego, la amenaza de una guerra entre Rusia y Occidente en la que estén implicadas todas las “grandes potencias” es la posibilidad más “destructiva” del mundo, más incluso que la radicalización del islamismo, que no tiene la capacidad de “desestabilizar al mundo entero”. El secretario general de la ONU, Antonio Guterres, se mostró “muy preocupado” por la crisis diplomática provocada por el caso Skripal, que habría desembocado en una situación que él comparó con la denominada Guerra Fría.

Caso Skripal

3 de marzo
Sergei Skripal y su hija Yulia son hallados inconscientes en un banco de Salisbury, suburbio de Londres.

Veneno
La Policía británica encontró que los rusos fueron envenenados con el agente nervioso Novichok, una sustancia de uso militar en Rusia.

Londres acusa
El Reino Unido asegura que el Gobierno ruso está detrás del envenenamiento de Skripal.