El líder del Partido Colorado reconoció que la impunidad y la pobreza son los mayores males de Paraguay. Pidió a sus pares de América Latina una estrategia regional contra el narcotráfico. Pidió por los pueblos de Venezuela y Nicaragua

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16 de agosto de 2018, 4:00 AM
16 de agosto de 2018, 4:00 AM

Mario Abdo Benítez prometió ayer en su investidura como presidente de Paraguay un golpe de timón para desterrar la corrupción y construir un sistema judicial que erradique la impunidad, además de anunciar un mayor protagonismo del país en situaciones como las de Venezuela y Nicaragua.

Abdo Benítez, del conservador Partido Colorado, sentó esas bases en el discurso que siguió a su juramento como presidente en las afueras del Palacio de Gobierno, frente al río Paraguay y ante la presencia de mandatarios como el boliviano Evo Morales, el argentino Mauricio Macri o el brasileño Michel Temer.

Y después de que su predecesor, el también colorado Horacio Cartes, entregara el bastón presidencial en el Congreso, sin que asistiera luego a la investidura de Abdo Benítez.

“La impunidad es el cáncer a vencer. ¿Por cuánto tiempo más nuestro pueblo va a aguantar a una justicia implacable, rígida para los ciudadanos más humildes y complaciente para los que tienen influencia?”, preguntó Abdo Benítez, que llega a la Presidencia a los 46 años.

A ese respecto, el presidente y exsenador recordó que la ciudadanía ya se ha levantado contra la corrupción, en referencia a las recientes movilizaciones de repudio en Asunción contra varios escándalos que afectan a algunos legisladores del oficialismo.

Acompañado de su esposa, Silvana López Moreira, el presidente afrontó también el tema de la pobreza, que en 2017 afectaba a 1,8 millones de personas, un 26,40% de los más de 6,8 millones de habitantes del país, según la Encuesta Permanente de Hogares.

Para sacar a esos paraguayos de la pobreza, urgió a disminuir el desempleo e impulsar una movilidad ascendente, junto a políticas tributarias que aseguren mayor recaudación.

“Buscaremos generar políticas tributarias que nos permitan recaudar más, ampliando la base de contribuyentes, disminuyendo la inequidad en el pago de nuestros impuestos, profundizando la formalidad de nuestra economía”, señaló.

En el plano internacional, Abdo Benítez abogó por un Paraguay que fomente la integración regional y exprese su voz ante situaciones como las que se viven en “países hermanos” como Venezuela y Nicaragua, con cuyos pueblos expresó su solidaridad.

“Expresamos nuestra solidaridad con el pueblo de Venezuela y de Nicaragua frente a los abusos del poder. Nuestras voces libertarias no callarán. Paraguay no va a mantenerse indiferente ante el sufrimiento de pueblos hermanos”, dijo.

Y agregó: “Es hora de dejar a un lado la hipocresía y levantar la voz ante las injusticias (...) Nuestros pueblos merecen vivir en paz, no queremos más violencia de ninguna forma”.

 

Advirtió: “El gran flagelo de la región es el narcotráfico y necesitamos estrategia regional”

Mario Abdo Benítez destacó que el gran flagelo de América Latina es el narcotráfico. “No es aceptable que nuestras fronteras sigan siendo espacios para el florecimiento de organizaciones criminales (...) La integración de nuestros pueblos es el camino”, abundó.

En el contexto de la integración, Abdo Benítez aprovechó para mantener entrevistas bilaterales con algunos de los mandatarios que estuvieron en Asunción, incluidos el presidente de Colombia, Iván Duque, y el de Guatemala, Jimmy Morales.

La víspera se reunió con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, que tiene a Paraguay como único aliado en Sudamérica y que financia importantes proyectos educativos en el país.

A escala local, una de las promesas más contundentes de Marito, como se lo conoce popularmente, fue la de que asumirá su condición de senador vitalicio una vez termine su mandato.