Andrés Manuel López Obrador obtuvo el 53,4% de los votos. El movimiento Morena se impuso en la Ciudad de México y en seis gobernaciones. Con un discurso conciliador, AMLO promete erradicar la corrupción y disminuir la migración hacia EEUU

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3 de julio de 2018, 4:00 AM
3 de julio de 2018, 4:00 AM

Con el 53,3% de los votos obtenidos en unas elecciones históricas, una mayoría en el Congreso y seis de nueve gobernaciones en juego para el Movimiento Regeneración Nacional (Morena), Andrés Manuel López Obrador (AMLO) obtuvo gran parte de las herramientas para iniciar en diciembre una nueva era en un México asolado por la corrupción y la violencia del narcotráfico.

Será a contramano del declive de la izquierda y la consolidación de la derecha en América Latina, fundamentalmente por el hastío de los mexicanos con la corrupción institucionalizada por el PRI y los partidos de la derecha.

De esta forma, México se prepara para un nuevo ciclo político con un tsunami encabezado por AMLO, quien el domingo logró una contundente victoria en las elecciones generales llevando la izquierda al poder en la segunda economía latinoamericana. “Soy muy consciente de mi responsabilidad histórica, no los voy a defraudar”, dijo exultante López Obrador, de 64 años, acompañado de su esposa e hijos, ante decenas de miles de simpatizantes que lo ovacionaron la noche del domingo en el emblemático Zócalo (plaza central) de la capital. Este había sido su tercer intento consecutivo de alcanzar la silla presidencial.

Morena, el partido que lidera López Obrador, logró además la mayoría de las gobernaciones (seis de nueve), entre ellas Ciudad de México. Este triunfo implica un cambio radical en el mapa político en los 32 estados del país y que hasta ahora eran gobernados mayoritariamente por una alternancia de las bancadas tradicionales, el oficialista Partido Revolucionario Institucional (PRI) y el conservador PAN.

“Necesitábamos un cambio verdadero”, celebró José Gutiérrez, de 44 años, en el cuartel de campaña de López Obrador. En su tercer intento consecutivo de alcanzar la silla presidencial, AMLO, como se lo conoce entre los mexicanos, se presentó como el candidato antisistema y obtuvo más del 53% de los votos, según estimaciones oficiales a base de una muestra cuya tendencia es irreversible. Más de treinta puntos por delante de su rival Ricardo Anaya, impulsado por una coalición de derecha e izquierda (PAN, el PRD y Movimiento Ciudadano). José Antonio Meade, del PRI, quedó relegado a un tercer lugar lejano. López Obrador supo capitalizar el hartazgo y el ansia de cambio en México ante una violencia y corrupción disparadas durante el sexenio de Gobierno de Enrique Peña Nieto.

Difícil relación con EEUU Una de las mayores interrogantes es la relación que tendrá AMLO con el presidente estadounidense, Donald Trump, y sobre todo cómo dos modelos tan antagónicos funcionarán a ambos lados del Río Bravo, en temas vitales como migración y la negociación para renovar el Tratado de Libre Comercio para América del Norte (Tlcan). “Hay mucho por hacer que beneficiará a Estados Unidos y a México”, tuiteó Trump, cuya política antiinmigrantes y contra el libre comercio ha hundido la relación bilateral.

López Obrador, por su lado, agradeció el mensaje. “Es lo que vamos a procurar en la relación con el Gobierno de Estados Unidos, que haya respeto mutuo (...) para que pueda hacer una relación de amistad”, dijo ayer en su primera entrevista. “No vamos a pelearnos, no, vamos a tender nuestra mano franca para buscar una relación de amistad”, insistió López Obrador en entrevista con la cadena Televisa, tras reiterar que buscará “ampliar” el actual Tlcan. En su ambicioso proyecto de nación 2018-2024, que iniciará cuando asuma el 1 de diciembre, López Obrador pretende un rescate del campo, revisar millonarios contratos derivados de la reforma energética, un Gobierno “austero, sin lujos ni privilegios” y reducir sueldos de altos funcionarios públicos hasta un 50%.

Todo para incrementar programas sociales y reducir la pobreza en México, que alcanza a más de 53 millones de personas, incluidas más de siete millones viviendo en pobreza extrema. Migración, el gran tema López Obrador dijo ayer que habló con el mandatario estadounidense Donald Trump y le propuso “reducir la migración y mejorar la seguridad”.

“Recibí llamada de Donald Trump y conversamos durante media hora. Le propuse explorar un acuerdo integral; de proyectos de desarrollo que generen empleos en México y, con ello, reducir la migración y mejorar la seguridad. Hubo trato respetuoso y dialogarán nuestros representantes”, afirmó.  

UNA MUJER COMANDARÁ LA CIUDAD DE MÉXICO  

La ciencia y la política son las dos grandes pasiones que han marcado la vida de Claudia Sheinbaum, la académica y activista que ha logrado desbancar del Gobierno de Ciudad de México al hegemónico Partido de la Revolución Democrática (PRD), formación que ella misma ayudó a fundar.

Sheinbaum es la cara visible en Ciudad de México del izquierdista movimiento Morena, una escisión del PRD construida a imagen y semejanza de su amigo Andrés Manuel López Obrador, elegido presidente de México. Con Sheinbaum en el Gobierno de Ciudad de México y López Obrador en el Palacio Nacional, por primera vez la izquierda mexicana ocupará las dos grandes instituciones ubicadas en la céntrica plaza del Zócalo capitalino, una metáfora de la estrecha relación que han mantenido los dos políticos.

Un giro que tendrá impacto en América Latina

Fidel Carlos Flores
Periodista y analista político

México vivió una jornada democrática histórica que rebasó todas las expectativas y análisis previos a pesar de la desconfianza y los rumores (‘fake news’, incluidos). La contundencia participativa fue abrumadora, el mensaje a los poderes fácticos a través del voto, estaba dado. La inflexión fue el hartazgo, el cansancio, el menosprecio, el desempleo, la violencia, la corrupción, y la impunidad. 
Todo en conjunto ocasionó que la sociedad civil enojada proporcionara a ese régimen indolente un “manotazo y cachetada” de más del 53%, reconfigurando el mapa político.
Sin lugar a dudas, el tsunami político López Obrador también repercutirá en la izquierda latinoamericana, su partido (con apenas tres años de fundación), Morena que forma parte del Foro de San Pablo, seguramente será aún más protagónico. Recordemos que dicho foro dirigido al inicio por Lula da Silva y Fidel Castro tenía el objetivo de garantizar la continuidad e inserción de la izquierda latinoamericana en la democracia activa.
En la dinámica socioeconómica de los ciclos pendulares de acumulación y redistribución, de derecha a izquierda, el nuevo escenario mexicano  abre interrogantes positivas a la oportunidad de cambios. Si bien, el país había quedado al margen de América Latina (por desaciertos de Vicente Fox) y aplicando una conducta macroeconómica neoliberal, se profundizó en extremo la brecha de desigualdad.
Algunos analistas norteamericanos, quizás descontextualizados de la historia mexicana auguran el descalabro del nuevo presidente. Los cambios no son mágicos, ni de la noche a la mañana, pero esperemos sea para bien.
 

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